El presidente de Chile, Gabriel Boric, rechazó este miércoles la figura del fallecido dictador Augusto Pinochet, luego de que el consejero constitucional del Partido Republicano, Luis Silva, expresara "admiración" hacia la gestión del gobierno militar (1973-1990).
El mandatario manifestó desde su cuenta de Twitter que "Pinochet fue un dictador, esencialmente antidemócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto".
Boric definió también al fallecido militar como "corrupto y ladrón", "estadista jamás". Y añadió: "Cobarde hasta el final, hizo todo lo que estuvo a su alcance para evadir la justicia".
"Un estadista"
El domingo, en declaraciones a ICARE TV, Silva elogió a Pinochet: "Hay un dejo de admiración por el hecho de que fue un estadista (…) Fue un hombre que supo conducir el Estado, que supo rearmar un Estado que estaba hecho trizas".
La respuesta de Boric llega también luego de que se difundiera una encuesta en la que se advierte un crecimiento de la influencia de Pinochet en la ciudadanía.
El sondeo privado, publicado el martes, advierte que un 36 % de la ciudadanía opina que las Fuerzas Armadas "tenían razón para dar el golpe de Estado" del 11 de septiembre de 1973, contra el expresidente Salvador Allende.
El estudio de opinión realizado por la encuestadora MORI (Market & Opinion Research International) en Chile, advierte que "la sombra de Pinochet a los 50 años del golpe se levanta como un fantasma que parece no tener paz".
El análisis remarca que la medición arrojó resultados muy diferentes a la encuesta de 2006, cuando murió el dictador. Para ese momento, 68 % de los chilenos consideraban que el golpe contra Allende había destruido la democracia y apenas 19 % decía que la acción militar había liberado al país del marxismo.
Por su parte, el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH), expresó su "preocupación" por los resultados, y afirmó en un comunicado que deben ser tomados "como una lección".
"Nos hace presente que podemos estar fallando en transmitir el mensaje adecuado a quienes residen en el país, muy en especial a aquellos que no vivieron cotidianamente la violencia y las vulneraciones que se convirtieron en elementos habituales de la dictadura", expresó el organismo de Gobierno.
Castigo al negacionismo
A la vez, un grupo de legisladores del Partido Comunista presentaron un proyecto de ley que tipifica y sanciona el negacionismo de violaciones a los derechos humanos, incluso con penas de prisión de hasta 61 días.
La iniciativa propone aplicar penas a quien "apruebe, justifique o niegue" los crímenes cometidos por la dictadura de Pinochet.
La diputada Carmen Hertz, una de las autoras del proyecto, apuntó desde sus redes sociales que el negacionismo debe ser considerado "un delito que afecta la condición humana misma, pues afectan dignidad y la honra de las víctimas, de los sobrevivientes y de todas las personas".