El uso de la inteligencia artificial (IA) puede resultar positivo y beneficioso en el campo de la salud pública, pero como una "herramienta" que no debe reemplazar la labor de los especialistas, asegura Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En una reunión informativa sobre cuestiones de salud mundial, Ryan señaló que la IA está cumpliendo un papel activo en diferentes ámbitos. Por ejemplo, se utiliza como "ayuda" para diagnósticos radiológicos y clínicos, e incluso para "identificar y analizar factores de virulencia y virus mediante análisis genómicos".
En su opinión, esta tecnología es una herramienta "potencialmente muy poderosa para el futuro de la salud", pero puede pasar de ser una aliada a una enemiga "en las manos equivocadas y sin la regulación y la supervisión adecuadas". En este contexto, el programa a su cargo estudia actualmente la IA y el riesgo biológico que podría representar.
Ryan aplaude la curiosidad de muchas personas por temas médicos, que muchas veces los lleva a navegar por Internet, escuchar pódcast o a acudir a otras tecnologías. En este sentido, no considera perjudicial el hecho mismo de acudir al famoso chatbot ChatGPT. Sin embargo, advierte de que debe servir como estímulo para que la gente acceda y acuda a la atención sanitaria y no como un recurso definitivo.
"Si estamos preocupados por nuestra salud deberíamos ir a ver a nuestro médico de cabecera, deberíamos ir e interactuar con el sistema sanitario y no necesariamente deberíamos usar productos de IA que no están diseñados para eso", aconseja.
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