El Pentágono está preocupado por la creciente potencia de la Armada de China, que a día de hoy ya es la más grande del mundo, tiene barcos modernos y sigue creciendo a un ritmo acelerado. Ya en febrero de este año, el secretario de Marina de EE.UU., Carlos Del Toro, advirtió de que el gigante asiático busca cambiar el dominio "en los océanos de todo el mundo" y que los astilleros estadounidenses no son capaces de seguir el ritmo de construcción de la Flota china.
Del Toro señaló que la Armada de China ha agregado más de cien barcos a su Flota y actualmente posee aproximadamente 340 buques de guerra. Mientras, la Armada estadounidense tiene "más de 280 barcos listos para ser desplegados".
Varios expertos estiman que China puede construir tres buques de guerra durante el mismo período en el que le toma a EE.UU. construir solo uno. De este modo, el Pentágono estima que la Flota china crecerá hasta los 400 buques de guerra en los próximos dos años, mientras que la Flota de EE.UU. tendrá que esperar hasta el 2045 para llegar a los 350 barcos.
Problema sin solución
Los expertos consultados por la CNN estiman que una solución potencial para alcanzar la ventaja numérica de la Armada china podría ser la posibilidad de que EE.UU. construya sus buques en los astilleros de sus aliados, como Corea del Sur o Japón, o comprarlos.
De acuerdo con el investigador del Centro de Estudios de EE.UU. en Australia Blake Herzinger, los buques de guerra surcoreanos "ciertamente están a la altura de sus contrapartes" chinas. Por su parte, el ex director de operaciones en el Centro de Inteligencia Conjunta del Comando del Pacífico de EE.UU. en Hawái Carl Schuster opina que los diseñadores de naves de guerra nipones "están entre los mejores del mundo".
Sin embargo, la ley de EE.UU. no permite construir las naves de guerra en otros Estados ni comprarlas, incluso a los aliados, debido a preocupaciones de seguridad y al deseo de proteger la industria de construcción naval de EE.UU.