La fundadora de PETA quiere que al morir se envíen partes de su cuerpo a líderes mundiales y empresarios

Entre los futuros destinatarios figuran el expresidente de EE.UU. Donald Trump, el multimillonario Elon Musk, el rey de España, Felipe VI, y el monarca del Reino Unido, Carlos III.

Dos décadas después de escribir su testamento, la fundadora de la organización Personas por el Trato Ético a los Animales (PETA), Ingrid Newkirk, actualizó este lunes su última voluntad y ahora exige que al morir su cuerpo sea desmembrado para enviar luego partes a líderes mundiales y empresarios, como una protesta personal contra el maltrato a los animales.

En particular, Newkirk quiere legar sus labios a quien sea para entonces el presidente de EE.UU. en ejercicio, en caso de que se mantenga el tradicional 'indulto' de un pavo en la Casa Blanca, como ocurre en cada celebración del Día de Acción de Gracias, con lo cual busca presionar al mandatario para que "deje de besar a la industria del pavo". Un regalo en forma de "parte de la columna vertebral" de la presidenta de PETA sería enviado al expresidente estadounidense Donald Trump por cazar animales.

Por su parte, el multimillonario Elon Musk recibiría una parte del corazón de Newkirk a fin de que lo clonee "para sí mismo", dado que los crueles y letales experimentos cerebrales de Neuralink con monos, cerdos, ratas y ovejas indican que "él no tiene uno".

Entre los destinatarios figura también el rey de España, Felipe VI, quien se quedaría con una oreja por las corridas en las que el torero suele suele llevarse las orejas del toro como trofeo. Mientras, el monarca del Reino Unido, Carlos III, o su sucesor, obtendría parte del cuello de Newkirk si no consigue "romper sus lazos" con las carreras de palomas, ya que a las aves perdedoras se les retuerce el cuello. 

Por otra parte, la activista reafirmó varias de sus exigencias anteriores, así como añadió algunas nuevas. Concretamente, pidió: