"Sabotaje deliberado de Ucrania": Moscú rechaza las acusaciones del ataque a la represa de Kajovka

Moscú desmiente categóricamente los señalamientos de que las fuerzas rusas están detrás del ataque a la represa de Kajovka en la provincia de Jersón, que ha causado inundaciones río abajo, declaró el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov.

"Por supuesto, el presidente [ruso Vladímir Putin] recibe informes del Ministerio de Defensa y de otros servicios sobre lo que está ocurriendo en torno a la central hidroeléctrica de Kajovka. Aquí ya podemos afirmar sin ambigüedades que estamos hablando de un sabotaje deliberado por parte de Ucrania", señaló el vocero.

El acto, según Peskov, "puede tener consecuencias muy graves para varias decenas de miles de personas de la región, consecuencias medioambientales y consecuencias de otra naturaleza que aún están por determinar".

"Al parecer, este sabotaje también está relacionado con el hecho de que, habiendo lanzado una ofensiva a gran escala hace dos días, las fuerzas armadas ucranianas están ahora fracasando en alcanzar sus objetivos. Estas operaciones ofensivas se están ahogando", declaró el portavoz.

También sugirió que uno de los objetivos del ataque fue cortar el suministro de agua a la península de Crimea abastecida por un canal que comienza en esa zona.

Pocas horas después del ataque de esta madrugada, Vladímir Leóntiyev, alcalde de la localidad de Nóvaya Kajovka, situada cerca de la represa, desmintió las afirmaciones de varios medios ucranianos y occidentales que responsabilizaron a las tropas rusas.

El funcionario recordó que la hidroeléctrica ha sido atacada con misiles por parte de las fuerzas de Ucrania desde el verano pasado. "Hubo un día cuando se lanzaron más de 70 proyectiles HIMARS contra ella", afirmó Leóntiyev.

El alcalde denunció también que las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan disparando contra su localidad. "Ahora hay bastantes impactos a lo largo de la línea costera", expresó.

Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, describió en Twitter el bombardeo como "un acto atroz, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania", que "pone a miles de civiles en riesgo y causa un grave daño ambiental".

A su vez, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, condenó el ataque a la represa y lo calificó como un crimen de guerra, añadiendo que exigirán "responsabilidades a Rusia y a sus 'proxies'".