En los últimos meses España ha vuelto su mirada hacia Latinoamérica, como ilustra de manera significativa el hecho de que el país europeo haya duplicado sus compras de crudo en la región del otro lado del Atlántico.
Las importaciones de enero a abril procedentes de Latinoamérica supusieron casi la mitad del consumo nacional, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), la organización pública española que organiza y gestiona las reservas estratégicas de este insumo.
Esos datos recogen el intenso crecimiento de ese intercambio en el último año, desde que comenzara el conflicto en Ucrania y España redujera paulatinamente la adquisición de crudo ruso.
Aparentemente, ese vacío lo han llenado los países del continente americano. México se constituye como el principal proveedor, con 2,7 millones de toneladas hasta abril (un 46 % más); seguido de EE.UU. (2,2 millones de toneladas) y Brasil (2 millones de toneladas), cuyas ventas han crecido un tercio.
Tras estos clásicos abastecedores, el aumento más espectacular se ha producido en países como Venezuela, Ecuador o Trinidad y Tobago, donde las ventas han pasado de ser inexistentes a 258.000, 148.000 y 101.000 toneladas, respectivamente. Colombia llegó a las 586.000 toneladas (un incremento del 400 % con respecto al mismo periodo del año anterior).
Renovado interés de España y la UE por Latinoamérica
Pero el interés de España por Latinoamérica, acrecentado en los últimos tiempos, no se dirige solo al crudo. La región está en el punto de mira tanto de Madrid como de la Unión Europea.
En cuanto a los recursos naturales, América Latina dispone de gran disponibilidad de materias primas imprescindibles para los retos que se presentan para Europa, desde los recursos hídricos a las reservas de litio (el 86 % de las totales), pasando por su potencial en la generación de energías renovables.
En este contexto, en este 2023 ya se celebró la Cumbre Iberoamericana, en marzo, y el mes que viene está prevista la realización de la Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Ese último gran evento coincidirá con el comienzo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea y en él se espera avanzar en varios sentidos. Así, Madrid quiere estrechar lazos de manera más permanente con la región, incrementar el flujo de las inversiones y, sobre todo, dar un empujón definitivo a acuerdos comerciales pendientes de ratificar, como el de la UE-Mercosur.
En este escenario, España quiere erigirse como interlocutor y mediador entre ambas regiones, aprovechando la buena sintonía del Gobierno español con muchos gobiernos latinoamericanos –que podría cambiar según el resultado de las elecciones generales que se celebrarán en España el 23 de julio– y sus intensas relaciones comerciales.
En el fondo, los intereses de la Unión Europea también pasan por neutralizar de algún modo la influencia de gigantes como China o Rusia en la región, para lo que España pretende ser un actor clave, aprovechando, además de la presidencia de la UE, el hecho de que el Alto Comisionado para Asuntos Exteriores del bloque comunitario es un español.
Así, la Cumbre UE-CELAC será una oportunidad para que Europa intente recuperar el protagonismo en la región, ocho años después desde que se produjo el último encuentro. La ocasión ocurre en un periodo marcado por el conflicto con Ucrania y en el que ninguno de los países latinoamericanos se ha alineado con las sanciones impuestas a Rusia por EE.UU. y la UE.
Cuidar la relación
"La relación se ha dado por sentada e incluso se ha descuidado tras años sin cumbre. En el contexto geopolítico, reforzar la relación entre la UE y Latinoamérica es un imperativo estratégico", ha dicho desde Bruselas este miércoles el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, en la presentación de la agenda para la cita del mes que viene entre los dos bloques.
La intención es diseñar un calendario de cumbres regulares a nivel de ministros para reforzar un diálogo que la UE considera prioritario, además de que ese diálogo de alto nivel entre funcionarios sirva para evaluar la relación política.
Muestra de este interés estratégico es que la semana que viene las relaciones UE-CELAC también llenarán la agenda de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que visitará Brasil, Argentina, Chile y México para dar a conocer la agenda presentada hoy por Borrell.
El conflicto de Ucrania como punto de inflexión
La dimensión estratégica de Latinoamérica se ha visto revalorizada por el conflicto en Ucrania y sus consecuencias económicas. El aumento de las importaciones de crudo de España, en un contexto de sanciones a los carburantes y otras materias primas rusas, son un síntoma de que los países de América Latina son contemplados como alternativa para suplir su mercado.
Así lo especificó Borrell, en la pasada Reunión Ministerial UE-CELAC en Buenos Aires, cuando alabó a Argentina como una potencia energética en ciernes, en especial en gas, un hidrocarburo que Europa necesita y del que sigue dependiendo de Rusia, motivo por el que el bloque comunitario no ha establecido ninguna sanción o veto.