En medio de la tormenta política que han desatado los audios sobre supuestos fondos ilícitos para financiar la campaña presidencial de Gustavo Petro, el exembajador Armando Benedetti aseguró que tenía "evidencia física" de las amenazas que habría recibido de "personas muy poderosas", por lo que pidió "medidas urgentes" a la Fiscalía.
Benedetti, que fue relevado de su cargo de embajador de Colombia en Venezuela tras el escándalo, hizo esta afirmación en su cuenta de Twitter, donde aclaró que su salida del país no tenía nada que ver con las supuestas amenazas, por lo que adelantó que estará de regreso el próximo martes.
En las plataformas digitales circularon algunas imágenes del también exsenador en la fila para hacer el chequeo de su boleto en Turkish Airlines. Según trascendió, voló con destino a Turquía, con escala en Panamá.
Benedetti –quien antes de pertenecer al Pacto Histórico pasó por el Partido Liberal y el Partido de la U, de origen uribista– será citado por el Ministerio Público para que "ayude a corroborar los elementos" que posee el ente acusador sobre el caso de las supuestas interceptaciones telefónicas a Marelbys Meza, exniñera de la exjefa del Despacho, Laura Sarabia, luego del hurto de 7.000 dólares de su casa.
Inicialmente, la investigación se le abrió a Sarabia y a otros funcionarios por presuntamente haber incurrido en "abuso de poder", al practicarle una prueba del polígrafo de manera irregular a su trabajadora. Sin embargo, el asunto doméstico dio un vuelco cuando el periodista Daniel Coronell reveló que Benedetti se habría llevado a Meza a Venezuela para evitar que se destapara el escándalo.
Benedetti entra a escena
Coronell aseguró que el también exsenador estaría chantajeando a Sarabia, que fue su subordinada durante su paso por el Senado. Ante estos señalamientos, el exembajador se defendió en un hilo de tuits y puso sobre la mesa la posibilidad de que la exjefa del Despacho presidencial hubiera hecho 'chuzadas' a su exnana.
A partir de estas aseveraciones, la crisis ocurrida en el seno de la Casa de Nariño tomó otras dimensiones. Tanto Sarabia como Benedetti se separaron de sus cargos y el diplomático se situó en el centro de la polémica.
Benedetti pasó de ventilar su conflicto de poder con Sarabia a referirse a la campaña presidencial del Pacto Histórico en el Caribe colombiano, tanto en los audios filtrados por Semana –cuya veracidad negó–, como en una entrevista que le hizo ese medio opositor.
Estas incriminaciones sin pruebas dieron pie para que el excandidato presidencial uribista Federico Gutiérrez radicara ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes una solicitud de investigación al jefe de Estado por supuestas irregularidades en la financiación de su campaña.
En ese punto álgido que pondría en riesgo su mandato, Petro reiteró que había un "intento" de "golpe blando" en su contra "para detener la lucha contra la impunidad". Esto lo hizo en respuesta a un trino en el que Benedetti dijo que se había dejado llevar "por la rabia y el trago", cuando hizo el vendaval de declaraciones e insinuaciones sobre la campaña que llevó al poder al mandatario.
Tras esa interacción, el diplomático no emitió más comentarios hasta que se refirió a las supuestas amenazas en su contra. Esa denuncia fue recogida por Semana.
La investigación más reciente que se le ha abierto a Benedetti es por el caso de las supuestas escuchas telefónicas. Sin embargo, en la Fiscalía reposan cuatro carpetas remitidas por la Corte Suprema por presunto enriquecimiento ilícito mientras estuvo en el Senado (2002-2018), tráfico de influencias, violación de comunicaciones o 'chuzadas' al anterior titular del ente acusador, Néstor Humberto Martínez, e injuria y calumnia, recoge El Espectador.