Equipos de rescate filipinos comenzaron este viernes a evacuar a los residentes que se encuentran cerca del volcán Mayón –en el noreste de la provincia de Albay– dado que su creciente actividad indica que se podría producir una violenta erupción en cuestión de semanas o incluso días, informa AP.
Aunque está prohibido instalarse en un radio de seis kilómetros del cráter del monte, muchos habitantes de bajos recursos han construido casas y cultivado granjas en dicha zona.
El pasado jueves, las autoridades locales elevaron la alerta al tercer nivel en un sistema de cinco fases tras detectar un número creciente de desprendimientos de rocas y escombros, corrientes sobrecalentadas de gas y al menos dos terremotos volcánicos en los días previos.
La situación avanzó un poco más el viernes, aunque la lava no empezó a fluir. Se trata de seis breves emisiones de gases y cenizas volcánicas que descendieron por los barrancos al sur del volcán, a unos dos kilómetros del cráter. También se observaron numerosos desprendimientos de rocas y delgadas columnas de ceniza y vapor que se desplazaron hacia el sur, informó el instituto gubernamental de vulcanología (PHIVOLCS, por sus siglas en inglés).
Hasta ahora, el Mayón sigue en el grado de alerta tres, es decir, en "un nivel relativamente alto de agitación, ya que el magma está en el cráter y es posible una erupción peligrosa en cuestión de semanas o incluso días", sostuvo el PHIVOLCS.
En este contexto, el presidente del país, Ferdinand Marcos Jr., al anunciar el inicio de la evacuación masiva, también prometió proporcionar ayuda a los desplazados hasta que termine la crisis.
"Ahora mismo, lo que estamos haciendo es prepararnos y alejar a la gente de la zona para que, si llega el momento –espero que no suceda– estemos preparados", declaró Marcos. "Pero desgraciadamente la ciencia nos dice que eso puede ocurrir porque el tapón que hay encima de la lava está subiendo lentamente", explicó el mandatario.