Un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Pekín demostró que un nuevo recubrimiento elaborado principalmente con un adhesivo de bajo costo es capaz de proteger misiles balísticos y drones de los ataques con armas láser, como las que está desarrollando actualmente el Ejército estadounidense, informó este lunes South China Morning Post.
La resina fenólica de boro (BPR, por sus siglas en inglés) es un material que se emplea en entornos industriales muy cálidos y de alta tensión y del que China es el mayor fabricante mundial. Según datos industriales del país asiático, el costo de producción de este adhesivo es muy bajo, puesto que un kilo cuesta alrededor de 7 yuanes (1 dólar).
Este material también es usado en aplicaciones militares, concretamente como protección contra el calor en proyectiles y vehículos aéreos no tripulados de alta velocidad. No obstante, se tiene documentado que armas láser cuyo rayo sea lo suficientemente intenso y enfocado podrían hacer una perforación en el recubrimiento de BPR en unos segundos.
La creación de un nuevo recubrimiento
Ante esta situación, los científicos chinos añadieron algunos compuestos inorgánicos a la resina original, como carburo de silicio, dióxido de zirconio y nanopolvo de carbón negro, que fueron adquiridos "directamente del mercado". Como resultado, se obtuvo un nuevo compuesto que fue denominado como BPR-1.
En los experimentos se aplicó a diversas muestras una capa de 2,5 milímetros de BPR-1, que posteriormente fue sometida durante 15 segundos a un rayo láser apto para armas. Los científicos detallaron que la densidad de potencia del láser era de 500 vatios por centímetro cuadrado, mucho más intensa que la que se necesita para destruir un misil balístico sin protección.
Asimismo, explicaron que, teóricamente, un arma láser de 3 megavatios tendría una densidad de potencia de 300 vatios por centímetro cuadrado, por lo que sería capaz de interceptar un proyectil entrante.
Tras 15 segundos de pruebas, se observó que la superficie posterior del recubrimiento de BPR-1 mostró una temperatura superficial de 230 grados centígrados, muy inferior al punto de fusión de 400 grados centígrados de las aleaciones de aluminio que se utilizan en dispositivos aeroespaciales. Además, se descubrieron los restos de un material similar al vidrio fundido en la zona afectada por el calor, por lo que los investigadores sugirieron que se originó por los compuestos agregados al BPR-1.
A pesar de que los sistemas láser de potencia de megavatios aún no existen, se están haciendo esfuerzos por desarrollarlos. Hasta ahora las Fuerzas Armadas de EE.UU. solo han exhibido un arma láser capaz de generar un haz de 300 kilovatios, pero datos del Departamento de Defensa estadounidense señalan que se gastan miles de millones de dólares al año en la creación de armas láser.