Venezuela en el BRICS: el ganar-ganar que reviste la posible adhesión de Caracas al bloque

La nación sudamericana podría diversificar su economía, a la vez que convertiría al grupo en una megapotencia energética.

A inicios de junio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, manifestó su interés en sumar al país suramericano al BRICS, bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, propuesta que contó con el aval del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

"Soy partidario de que Venezuela se integre los BRICS. Prontamente nos vamos a reunir y tenemos que evaluar varias solicitudes de integración", sostuvo Lula el pasado 29 de mayo, en el contexto de una reunión bilateral con su par venezolano en Brasilia.

Previo a su encuentro con Lula, Maduro aseguró en una alocución que "Venezuela se la juega con el nuevo mundo de los BRICS", en razón del excelente desempeño económico del bloque y su apuesta por construir "un núcleo de poder mundial alternativo al viejo núcleo imperialista y colonialista de Occidente".

Bloque en ascenso

Desde su conformación en 2006, el bloque ha venido creciendo en importancia geopolítica. Concebido inicialmente como la agrupación de economías consideradas "emergentes", según la lectura occidental, el peso específico de actores como China y Rusia le otorgó una connotación que rápidamente trascendió la esfera de los intercambios comerciales.

Si se atiende solo a lo económico, cálculos recientes basados en cifras del año 2020, muestran que el BRICS ya representa el 31,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, ajustado por la Paridad de Poder Adquisitivo (poder de compra), en comparación con los países del Grupo de los Siete (G7), formado por EE.UU., Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Japón e Italia, que aportaron el 30,7 %.

Los resultados, que fueron expuestos a principios de marzo por el consultor Richard Dias, adscrito a la firma Acorn Macro Consulting, también reflejan que mientras que el BRICS se está expandiendo económicamente, el G7 exhibe el comportamiento opuesto. Por ello, de acuerdo con sus estimaciones, la brecha se ampliará todavía más en los años subsiguientes

Nuevas relaciones, nuevo mundo

La valoración en términos del impacto geopolítico de los miembros del BRICS también es significativa: dos de ellos, Rusia y China, disponen de un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y junto a sus otros socios promueven activamente la tesis del mundo multipolar, donde predominen las relaciones de respeto y mutuo beneficio entre los Estados, sin injerencias ni sanciones.

China, principal responsable del posicionamiento económico del BRICS, ya ha sido designada por la Casa Blanca como "un desafío" para sus intereses hegemónicos. En el último lustro, Washington ha apretado las tuercas y presiona a Pekín con sanciones a compañías tecnológicas y con la cuestión de Taiwán. Todo indica que la tensión permanecerá.

Rusia, el otro gran titán del bloque, ha sido definido directamente como "amenaza". Amén de imponerle numerosas restricciones, los países de la OTAN se han planteado como meta derrotarlo militarmente en Ucrania.

No obstante, pese al interés del Occidente colectivo en aislar internacionalmente a Rusia, su postura ha abonado significativamente a la desdolarización en el seno del BRICS y en las operaciones con sus principales socios, además de haber acelerado la aparición del Banco de Desarrollo del bloque, que pretende ser una alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Lo que aportaría Caracas al BRICS

Lo anterior explica el interés de Caracas en sumarse al BRICS. Un balance preliminar muestra que su adhesión convertiría automáticamente al bloque en una megapotencia energética, pues si ya los hidrocarburos rusos representan una ventaja competitiva, Venezuela dispone de la reserva certificada de crudo más grande del mundo y está en proceso de certificar la quinta reserva de gas natural más importante.

A estos efectos, un reciente informe publicado por el Centro Latinoamericano de Geopolítica (Celag) refiere que si se concreta la incorporación de Venezuela a este espacio, el BRICS controlaría el 26,2 % de todas las reservas mundiales de petróleo, al tiempo que si se adhirieran Arabia Saudita e Irán —ambos países han expresado interés al respecto—, el control ascendería al 35,3 %.

Venezuela dispone de la reserva certificada de crudo más grande del mundo y está en proceso de certificar la quinta reserva de gas natural más importante.

Pero no todo es energía. El reporte agrega que "de unirse al BRICS, [esto] puede contribuir a diversificar la economía venezolana con mayor cooperación en áreas como agricultura […], medicinas de la India […], e inversión en infraestructura más allá del petróleo".

De otro lado, la ya mencionada tendencia hacia la desdolarización beneficiaría indudablemente a Venezuela, que padece grandes dificultades para exportar e importar cualquier mercancía por causa de las sanciones estadounidenses.

En ese orden, el BRICS está discutiendo la adopción de una divisa única, y en Suramérica, Lula impulsa una moneda común como alternativa al dominio financiero del dólar. Y si bien estas iniciativas no tienen una fecha en el horizonte, desde que comenzaron las sanciones contra Rusia, el bloque incrementó significativamente su comercio interno en monedas nacionales, lo que ha mostrado que es posible evadir eficazmente las restricciones unilaterales, sin perjuicios para el país sancionado ni para sus socios.

Empero, la inclusión de Caracas en el formato podría ser interpretada por EE.UU. como prueba irrefutable de la creciente influencia de Pekín y Moscú en América Latina y devenir en excusa para nuevas acciones hostiles en distintas esferas, no solo en la económica, para recuperar posiciones en la región frente a sus principales adversarios.

Ampliación en puertas

Desde 2018, los Estados miembros del BRICS iniciaron discusiones para ampliarse, pues la última adhesión data de 2010, cuando se sumó Sudáfrica. Así las cosas, en 2022, mientras China ejercía la presidencia 'pro témpore' del bloque, el portavoz de la cancillería, Wang Wenbin, afirmó que el gigante asiático "apoya activamente el inicio del proceso de expansión del BRICS y la ampliación del formato BRICS+"; y en diciembre de ese mismo año, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que si el bloque aceptara a todos los países que desean unirse, quedaría conformado por entre 15 y 17 Estados.

Hasta el momento, la lista de interesados incluye a naciones como Arabia Saudita, Argentina, Argelia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Túnez, Turquía y Venezuela, aunque todavía no se han definido los protocolos de ingreso ni se han fijado plazos para la eventual ampliación del bloque.

Zhandra Flores

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