El clima electoral rumbo a las presidenciales en Argentina se intensificó esta semana al vencer el plazo para el registro definitivo de las alianzas que contenderán en los comicios generales del próximo 22 de octubre.
La sorpresa provino desde el oficialismo, ya que a última hora el peronista Frente de Todos decidió cambiar el nombre de la coalición por el de Unidad por la Patria, lo que se interpretó como un nuevo elemento de ruptura entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En la oposición, en cambio, la alianza de derecha Juntos por el Cambio decidió mantener el mismo sello, mientras que el representante de la ultraderecha, Javier Milei, optó por quedarse con su partido La Libertad Avanza.
Ahora viene otra fecha clave, ya que el 24 de junio, es decir, la próxima semana, los partidos y coaliciones deberán presentar las listas de todos los precandidatos a presidente, vicepresidente, diputados y senadores.
Tanto en Unidad por la Patria como en Juntos por el Cambio hay una intensa pelea por las postulaciones, por lo que se prevé que, en ambos casos, la candidatura presidencial se dirimirá en las elecciones internas conocidas como Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que se realizarán el 13 de agosto.
Las PASO son una especie de encuesta nacional, ya que, como debe participar el mismo padrón de electores que en los comicios de octubre, sirve para medir efectiva y realmente las simpatías políticas de la ciudadanía.
Los sondeos, mientras tanto, coinciden en que, a cuatro meses de las presidenciales, la intención de voto está tan fragmentada entre Unión por la Patria, Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, que todavía no se puede vislumbrar a un claro favorito.
El dato que sí sorprende a los encuestadores, y a parte de la clase política, es el avance en las simpatías electorales que el diputado Milei –personaje sin mayor trayectoria política– ha obtenido en los últimos meses.
Peronismo: Unión por la Patria
"Nuestro país está frente a una encrucijada histórica. Tenemos una oportunidad única para poner a la Argentina en una senda de crecimiento económico con inclusión social", fue el mensaje de presentación del nuevo nombre de la coalición peronista Unión por la Patria.
En el escrito, se denunció que quienes protagonizaron los gobiernos de Fernando de la Rúa (1999-2001) y Mauricio Macri (2015-2019) pretenden volver a las mismas recetas de ajuste impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero más rápido.
"Los sectores más reaccionarios de la oposición, a través de discursos de odio y violencia, proponen la construcción de un país para pocos que incluye la eliminación de sus adversarios políticos", destacaron desde la coalición, al considerar que, frente a esa disyuntiva, el peronismo tiene la responsabilidad de ampliar su espacio político para frenar esa amenaza.
Aunque el mensaje y el nombre de la coalición apuestan por la unidad, la relación está marcada por fuertes disputas que se reflejan en la multiplicidad de candidaturas.
El presidente y la vicepresidenta rompieron políticamente hace meses y ni siquiera se hablan, lo que dificulta el armado electoral de la coalición gobernante, la cual, además, enfrenta el desgaste de una gestión durante la cual aumentó la pobreza porque no logró resolver el grave problema de la inflación y devaluación récord.
Por eso, el exFrente de Todos todavía no ha podido consolidar el nombre de un solo candidato.
La lista de aspirantes incluye a los ministros de Economía, Sergio Massa; y del Interior, Eduardo de Pedro; al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; y al dirigente social Juan Grabois. Los cuatro son respaldados por Fernández de Kirchner, aunque no se ha pronunciado por ningún "favorito".
El presidente, por el contrario, apoya al embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, quien ya fue candidato presidencial en 2015.
Derecha: Juntos por el Cambio
La principal alianza opositora no ha podido aprovechar políticamente las divisiones del oficialismo debido a que enfrenta sus propias peleas internas que generan cansancio en el electorado.
Los dos precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio son el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Uno de los escándalos internos más recientes lo provocó Rodríguez Larreta al proponer que el peronista gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, fuera incorporado como parte de la coalición.
La propuesta fue descartada de plano por Bullrich, quien se consolidó como "la favorita" de Mauricio Macri. El expresidente también repudió la idea del jefe de Gobierno con duras críticas, a pesar de que él mismo trató de sumar a Schiaretti como su candidato a vicepresidente en las elecciones de 2019 en las que trató, sin éxito, de reelegirse.
El pleito de la alianza se agudizó con declaraciones de Elisa Carrió, una exdiputada e influyente dirigente de Juntos por el Cambio que, de manera sorpresiva, denunció que Macri y Bullrich quieren aplicar un "ajuste brutal" y reprimir a la población.
Sus dichos se debieron al intento del expresidente y de la precandidata de sumar al ultraderechista Javier Milei a la coalición, lo que finalmente no ocurrió. Sin embargo, Bullrich ya advirtió que, en caso de ganar la presidencia, formará con el controvertido dirigente una alianza legislativa.