Las variaciones en la intensidad del brillo que tuvo la estrella supergigante roja Betelgeuse en los últimos años llevó a astrónomos a analizar qué podría pasar en caso de que explotara y qué consecuencias provocaría en la Tierra.
Entre finales de 2019 y 2020, el brillo de la estrella disminuyó en un 60 % y según explicó Albert Zijlstra, profesor de astrofísica de la Universidad de Manchester (Reino Unido), ese fenómeno obedeció a la presencia de una nube, ya que estrellas como Betelgeuse expulsan de manera continua gas y polvo. Durante ese período, comentó, las imágenes mostraban que la mitad sur estaba desaparecida.
Después de que se produjera ese fenómeno, la estrella volvió a brillar y en la actualidad es 50 % más brillante de lo habitual, lo que podría ser consecuencia de la misma nube de polvo, que ahora refleja la luz de la estrella hacia la Tierra.
Además, explicó que Betelgeuse es de 15 a 20 veces más masiva que el Sol y se espera que las estrellas de esa característica sufran una potente explosión conocida como supernova que pone fin a su vida. Por su color, se trata de una supergigante roja, lo que significa que su final se acerca. Estas cualidades sumadas a los eventos de cambio en la intensidad en su brillo llevaron a los astrónomos a especular sobre la inminencia de la explosión y sus consecuencias. Sin embargo, afirmó Zijlstra, pueden pasar un millón de años antes de que eso suceda.
No obstante, el astrónomo se preguntó cómo luciría en caso de que se convirtiera en supernova. Tras la explosión de la estrella, ubicada a unos 500 años luz de distancia, primero se observaría una lluvia de partículas sin masa llamadas neutrinos, que serían inofensivas. Después de eso, la estrella se iluminaría rápidamente.
Después de una o dos semanas, su brillo sería similar al de la luna llena. Aunque luego comenzaría a apagarse, seguiría siendo visible durante el día durante un periodo de seis meses a un año, mientras que por la noche se la podría ver a simple vista por otro año o dos. Pasado ese período, desaparecería para siempre.
El peligro de la radiación
El siguiente interrogante que respondió Zijlstra es si ese fenómeno sería peligroso. En este sentido, explicó que las supernovas producen partículas de alta energía llamadas rayos cósmicos que pueden atravesar el escudo del campo magnético terrestre. Sin embargo, la cantidad sería pequeña comparada con otras radiaciones.
Además, destacó que una supernova también crearía hierro radiactivo, sustancia que ya fue hallada en el fondo marino y en la Luna. Se cree que se formó en la explosión ocurrida hace dos o tres millones de años de una estrella que podría estar a unos 300 años luz de distancia de la Tierra. Es decir, más cerca que Betelgeuse, pero lo suficientemente lejos como para no causar problemas importantes para la vida en nuestro planeta.