La deuda nacional estadounidense superó este jueves por primera vez los 32 billones de dólares, alcanzando 32.039.244.000.000 dólares, según datos del Departamento del Tesoro de EE.UU. publicados este viernes.
El hito de los 32 billones de dólares fue alcanzado dos semanas después de que el presidente Joe Biden firmara la ley sobre el techo de la deuda nacional y, al mismo tiempo, nueve años antes de lo previsto antes de la pandemia, lo que refleja tanto el gasto imprevisto durante la crisis de covid-19 como el lento crecimiento económico de la economía estadounidense.
La Fundación Peter G. Peterson, una organización sin ánimo de lucro centrada en cuestiones fiscales, pronosticó que en los próximos 30 años la deuda estadounidense llegará a 127 billones de dólares y en 2053 el Gobierno se verá obligado a gastar 40 % de todos los ingresos federales en pagar intereses.
"Tuvimos suerte de evitar un impago por el techo de la deuda, pero el problema más amplio es que seguimos ignorando la creciente deuda en sí. A medida que superamos los 32 billones de dólares sin un final a la vista, ya es hora de abordar los factores fundamentales de nuestra deuda, que son el crecimiento obligatorio del gasto y la falta de ingresos suficientes para financiarlo", declaró Michael A. Peterson, director ejecutivo de la Fundación.
- El 3 de junio Biden firmó una ley sobre el techo de la deuda para evitar un impago que podría llevar a "una catástrofe económica y financiera" en el país. Bajo la Ley de Responsabilidad Fiscal de 2023 se suspendió el límite de endeudamiento de EE.UU. hasta el 1 de enero de 2025, después de las próximas elecciones presidenciales, que tendrán lugar en noviembre de 2024.
- El acuerdo estipula que el gasto no destinado a defensa permanecerá en 2024 a niveles prácticamente iguales a los actuales y se aumentará un 1 % en el ejercicio fiscal de 2025. Asimismo, la legislación mantendrá la financiación de programas de asistencia sanitaria para veteranos, al tiempo que rescindirá unos 28.000 millones de dólares en fondos no comprometidos que fueron aprobados por el Congreso en medio de la pandemia del covid-19.