El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este jueves que mandará a su principal asesor, el excanciller Celso Amorim, a Copenhague, Dinamarca, para reunirse con otros países en busca de una solución al conflicto de Ucrania.
Lula hizo este anuncio en una rueda de prensa desde Roma, donde el miércoles se reunió con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, y con el papa Francisco en el Vaticano.
"Ya mandé a mi amigo Celso, que es mi asesor especial, a Rusia para conversar con Putin y también lo mandé a conversar con Zelenski. Y ahora irá a la reunión en Copenhague con varios países para ver si conseguimos intentar encontrar un denominador común", explicó.
La reunión de Copenhague todavía no ha sido anunciada de manera oficial.
"El problema es que la Unión Europea (UE) está involucrada en la guerra. EE.UU. está involucrado en la guerra. Estamos intentando identificar algunos países que no están involucrados como Brasil, China, India, Indonesia, posiblemente México, Argentina, y algunos países de África", destacó.
El líder de la izquierda brasileña dijo que el objetivo "es convencer tanto a Putin como a Zelenski de que el mejor negocio para esta guerra es terminar con la guerra".
"Hablé con el papa Francisco mucho sobre la cuestión de la guerra y yo estoy de acuerdo con el papa de que es necesario involucrarse en discutir el tema de la paz", añadió.
Y continuó: "Es necesario colocar a los actores en una mesa de negociación y parar de disparar y tratar de encontrar una solución pacífica".
Acuerdo UE con el Mercosur
Lula también comentó que en su reunión este mismo jueves con su homólogo francés, Emmanuel Macron, abordará el acuerdo entre la UE y el Mercosur.
"La propuesta de acuerdo entre la UE y el Mercosur no está en línea con lo que queremos para recuperar nuestra capacidad de reindustrialización. La carta adicional que envió la UE al Mercosur es inaceptable porque castigan a cualquier país que no cumple el Acuerdo de París, que ni ellos han cumplido", añadió.
La UE y Mercosur firmaron el acuerdo en 2019, pero en la fase de ratificación algunos países, entre ellos Francia, se negaron hasta que el gobierno del entonces presidente ultraderechista Jair Bolsonaro se comprometiera a adoptar una serie de medidas ambientales, especialmente en control de la deforestación.
La UE propuso establecer un protocolo adicional con cambios en el capítulo sobre comercio y desarrollo sostenible, que incluye obligaciones, especialmente en materia ambiental, y sanciones en caso de incumplimiento, y rechazada por Lula.
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