La comunidad judía de Australia ha expresado su indignación por la subasta de uniformes, prendas de vestir, carteles de propaganda antisemita, álbumes de fotos de los soldados y oficiales de la Alemania Nazi y otros artículos del régimen de Hitler, que fue realizada en suelo australiano el pasado fin de semana.
En respuesta a las críticas, la casa de subastas Danielle Elizabeth Auctions, con sede en la ciudad de Southport, en la costa Este, reveló que entre los compradores había "muchos políticos", recoge The Guardian.
"Puedo decir, honestamente, que ni siquiera he conocido a un neonazi", dijo al periódico el director gerente de la empresa, Dustin Sweeny, que salió al paso de las críticas, subrayando que este tipo de subastas "no es ilegal". "No estamos vendiendo drogas a los niños", argumentó.
"Las personas que compran nuestros objetos históricos son coleccionistas, políticos, abogados, médicos de urgencias y profesores de historia", enumeró. Aunque dijo que "hay muchos políticos", aseguró que no puede "divulgar nombres ni qué compran, ni cuánto gastan".
Mientras tanto, el fiscal general federal, Mark Dreyfus, dijo el jueves que "la postura del Gobierno sobre esto no podría ser más clara", en el sentido de que "habría que preguntar ¿por qué alguien querría poseer estos símbolos que glorifican el odio y los horrores del Holocausto?".
En opinión de los grupos de influencia judíos, estas pertenencias de efectivos del Wehrmacht o las SS son "artículos manchados de sangre". Se destaca como especialmente notorio la venta de fotos firmadas de Hitler, Himmler y Rommel, una gorra a rayas de un campo de concentración o un abrigo de invierno judío con una estrella amarilla.
El lote número 158 (de los 240 en total) consistió en una muestra de fotografías de atrocidades y campos de concentración. Lo acompañaba la leyenda: "Muchas de ellas son muy inquietantes, por decirlo suavemente […], incluidas muchas fotos de perfil de los prisioneros y hasta se incluye un pasaporte judío original". El texto agradecía la participación en la subasta y proponía "disfrutar de la venta".
El presidente de la Comisión Antidifamación, Dvir Abramovich, instó a todos los miembros del Parlamento federal a revelar "si poseen recuerdos nazis u obtuvieron estos artículos manchados de sangre en la repulsiva subasta". En ese caso, dijo, "deben explicar por qué está bien que el exterminio y la deshumanización de millones tengan una etiqueta con un precio y se ofrezcan al mejor postor".
Abramovich denuncia que esta práctica contribuye "a la glorificación y la incorporación del legado de Hitler en Australia". Para impedirlo, recordó, fue presentado un proyecto de ley al Parlamento a mediados de junio. La propuesta tipificaría como delito tratar de sacar provecho de esta clase de material en las tiendas o en línea, sin prohibir directamente su posesión privada o transferencias sin ánimo de lucro.