Putin agradece al pueblo ruso por su unidad y resistencia tras el intento de insurgencia del grupo Wagner

De acuerdo con sus palabras, cualquier chantaje e intento de crear desestabilización están condenados al fracaso.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se dirige este lunes a la nación y comenta el intento de rebelión perpetrado el pasado fin de semana por el grupo Wagner.

Al principio de su discurso, Putin agradeció a los ciudadanos rusos por su resistencia, unidad y patriotismo ante la situación. De acuerdo con sus palabras, cualquier chantaje e intento de crear desestabilización están condenados al fracaso.

El mandatario indicó que se puso de manifiesto "la más alta consolidación de la sociedad, del poder ejecutivo y judicial en todos los niveles". "Destaco [que] desde el principio de los acontecimientos se tomaron inmediatamente todas las decisiones necesarias para neutralizar la amenaza generada, para defender el orden constitucional, la vida y la seguridad de nuestros ciudadanos", afirmó.

"La insurgencia armada habría sido reprimida. Los organizadores de la rebelión, a pesar de haber perdido la adecuación, no pudieron no entenderlo", declaró en ese contexto, destacando que sus acciones tuvieron lugar mientras el país hace frente a "una amenaza exterior colosal, una presión sin precedentes desde fuera".

"Los organizadores de la insurgencia, al traicionar a su país, a su pueblo, traicionaron también a aquellos a quienes arrastraron al crimen. Les mintieron, los empujaron hacia la muerte, hacia el fuego, para que dispararan contra su gente".

Según las declaraciones de Putin, los enemigos de Rusia, como "los neonazis de Kiev, sus patrocinadores occidentales y todo tipo de traidores nacionales", querían un escenario de "fratricidio" en Rusia y deseaban "una revancha por sus fracasos en el frente y en el marco de la llamada contraofensiva".

De esta manera, Putin agradeció a los militares, integrantes de fuerzas del orden y servicios especiales, así como a los soldados y comandantes del grupo Wagner que decidieron no participar "en un derramamiento de sangre fratricida".

De acuerdo con el líder ruso, desde el principio de los acontecimientos, las autoridades tomaron medidas siguiendo sus "instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre", así como para dar "a los que se habían equivocado" la oportunidad de comprender que "sus acciones eran firmemente rechazadas por la sociedad y a qué trágicas y devastadoras consecuencias para Rusia y para nuestro Estado conducía la aventura en la que se habían metido".

Asimismo, el presidente expresó su agradecimiento a su homólogo bielorruso, Alexánder Lukashenko, por sus "esfuerzos y contribución en la solución pacífica de la situación".