Las primeras semanas de gira de los aspirantes oficialistas a la presidencia de México han estado marcadas por un clima de tensión política ante las denuncias de gastos excesivos e inequitativos, "guerra sucia" en redes sociales y la pelea para que los electores los identifiquen con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde la semana pasada, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el excanciller Marcelo Ebrard; el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; los senadores con licencia Ricardo Monreal y Manuel Velasco; y el diputado con licencia Gerardo Fernández Noroña comenzaron sus eventos oficiales.
El objetivo de cada uno de ellos es ser el elegido, o la elegida, para encabezar la candidatura presidencial de la alianza que conforman el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Las elecciones generales serán el 2 de junio de 2024, por lo que el Instituto Nacional Electoral (INE) advirtió que nadie puede realizar todavía una campaña presidencial, ya que para ello deben esperar al próximo año.
Para evadir ese impedimento, el oficialismo diseñó un mecanismo de elección interna del "Coordinador de defensa de la Cuarta Transformación", como López Obrador ha bautizado a su Gobierno. Ese nombre será el eufemismo del candidato presidencial, ya que todavía no puede ser llamado así de manera formal.
La postulación se definirá en una encuesta nacional que se realizará en agosto y el 6 de septiembre se anunciará al ganador, por lo que el período de campaña que comenzó el 19 de junio, culminará el 27 de agosto.
De acuerdo con las encuestas, Sheinbaum lidera la intención de voto con un promedio del 30 %, seguida por Ebrard (20%) y López Hernández (16), en tanto que Monreal, Velasco y Fernández Noroña se encuentran rezagados en los últimos lugares y sin números competitivos, ya que no superan un dígito.
Cruces
Ebrard exigió esta semana que Morena establezca un tope de gastos para los candidatos, ya que algunos de sus competidores están erogando recursos "altos".
Aunque no quiso dar nombres, los señalamientos apuntaron a Sheinbaum y a López Hernández, quienes han realizado eventos masivos en varios estados. Y esas actividades requieren mucho presupuesto.
"Nosotros teníamos la intención y vamos a seguir insistiendo (…) para que haya un techo de gastos, y también en redes", advirtió el excanciller.
También aseguró que "es evidente" quiénes son los precandidatos que están gastando más, por lo que es necesario que el partido tome el tema en serio porque Morena se comprometió a darles 5.000.000 de pesos a cada uno (unos 294.000 dólares), pero no aclaró cuánto será lo máximo que podrán invertir en las precampañas.
En respuesta, Sheinbaum negó que esté derrochando recursos y reiteró que presentará informes periódicos sobre sus gastos.
"Lo vamos a hacer público, nosotros no establecemos nada que sea ilegal, absolutamente nada", dijo al advertir que, a diferencia de "otros" candidatos, ella no anda calculando cuánta propaganda hay de cada uno en la vía pública.
López Hernández, por su parte, ratificó que ni siquiera usará el dinero que les ofreció el partido, ya que su campaña será totalmente austera.
Incluso se adelantó al resto de los candidatos y presentó un primer reporte en el que afirmó que solo ha gastado 395.683 pesos (23.000 dólares).
Más denuncias
Por otra parte, Ebrard aseguró que hay una "guerra sucia" en su contra en las redes sociales.
A través de un video, su equipo de campaña acusó a la revista Contralínea y a "granjas de bots" de viralizar un reportaje para "golpearlo" en un momento en el que, según él, ya supera a Sheinbaum en algunas encuestas.
"Qué casualidad: el día que iniciaron los recorridos, el portal Contralínea lanzó un ataque contra Marcelo Ebrard", aseguró al citar el trabajo periodístico que asegura que, en 2015, la Unidad de Información Financiera (UIF) lo investigó por presunto enriquecimiento ilícito.
"Al final no pudieron encontrar nada, porque nada había hecho. A la PGR (Procuraduría General de la República) no le quedó de otra que desestimar los cargos en 2017", recordó.
Además de esta creciente tensión, los precandidatos tienen otro rasgo en común, ya que en sus discursos utilizan frases que caracterizan al presidente, lo citan de manera recurrente y recuerdan cómo han acompañado su lucha.
La intención es capitalizar la popularidad de López Obrador, que oscila en cifras récord que van del 60 % al 70 %, algo inédito en México y en América Latina.