¿Qué desafíos puede afrontar el BRICS en la actual época de turbulencias?

Varios expertos del club de debate internacional Valdái han evaluado las razones por las cuales el bloque es atractivo para cada vez más países y los retos que podrían planteársele tanto internas como externamente.

El grupo de los BRICS puede afrontar desafíos vinculados con las expectativas de países no occidentales en el ámbito de la reforma del orden internacional actual, afirmó este jueves Timoféi Bordachiov, director de programa del club de debate internacional Valdái y director científico del Centro de Estudios Integrados Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía con sede en Moscú.

"Muchos países del mundo ven en el BRICS al grupo que podría si no recoger el estandarte de la gobernanza mundial de Occidente, al menos convertirse en su segundo pilar, más justo y menos egoísta hacia los Estados pequeños y medianos", comenta Bordachiov. En este contexto, el experto sostiene que el bloque es una comunidad de revisionistas, es decir, "potencias que no establecieron como meta de destruir el orden mundial, sino que pretendieron garantizar la inclusión de sus intereses en este orden".

"A medida que se acumulaban contradicciones en el mundo, incluso los modestos deseos revisionistas de los participantes del BRICS se convirtieron en un factor que conduce si no a la destrucción del orden internacional existente, a su propia revisión. En consecuencia, se configuran expectativas hacia los países del BRICS por parte de los principales socios y rivales", señala. Añade que estas expectativas se forman independientemente de los países del bloque y se determinan por la evolución actual del orden internacional.

No obstante, el analista opina que existen varios desafíos a las expectativas sobre el papel del BRICS en la gobernanza mundial. En primer lugar, ¿podrá el grupo mantener su unidad interna "aun cuando las asociaciones más sólidas son sometidas a duras pruebas"? En este desafío, según Bordachiov, puede radicar la diferencia entre la formación de una agenda alternativa a la hegemonía de Occidente y la creación de métodos para resolver los problemas globales de desarrollo y seguridad para todo el mundo o al menos países de la mayoría global, lo que es una tarea más complicada.

A su vez, esta tarea puede requerir la "capacidad de ofrecer a otros nuevos instrumentos para resolver los problemas fundamentales del desarrollo", lo que significa que "el nivel de la unidad del grupo sobre cuestiones clave deberá ir más allá de las declaraciones políticas de peso".

El segundo desafío para el BRICS es preservar su naturaleza revisionista hacia el orden internacional que "fue creado dada su participación mínima y en cierta medida a expensas de sus intereses". "Ninguno de los países del BRICS quiere el colapso de la globalización, las instituciones y el derecho internacional. Esto significa que su tarea es más complicada: crear, dentro del orden existente reglas, normas y métodos de cooperación que les permitan preservar sus ventajas y deshacerse de sus desventajas. Que la revisión y no la revolución sea el objetivo de los países del BRICS es la base de la sostenibilidad de esta asociación y sus relaciones con otros países de la mayoría global", señala el experto, agregando que mantener el carácter revisionista del bloque redunda en los intereses del propio grupo y de la comunidad internacional. La única alternativa puede ser la división del BRICS y la continuación de la hegemonía occidental, concluye Bordachiov.

El BRICS como alternativa positiva en el contexto de transformación del orden mundial

Además, el embajador de la misión especial del Ministerio de Exteriores de Rusia en el BRICS, Pável Kniázev, aseveró este jueves en una discusión en el club Valdái que sigue creciendo el interés de los países de Sur global hacia el grupo a la luz de la crisis del modelo occidental de globalización. El diplomático señaló que, pese a que el BRICS es una unión bastante joven, ya ha desarrollado una arquitectura multidimensional de interacción, diálogo y cooperación, ha creado mecanismos de interacción en los ámbitos económico, social y cultural, y muestra su disposición a trabajar sobre la base del consenso. Añadió que el abuso del estatus del dólar en el comercio internacional condujo a la tendencia hacia la desdolarización y, en este sentido, existe una propuesta para crear una moneda común del BRICS.

Entre tanto, Feng Shaolei, experto de relaciones internacionales chino, aseveró que pese a la agudización de la situación económica y política en Occidente y el conflicto en Ucrania, los países de Sur global mantienen la estabilidad y siguen aumentando su potencial económico, así como también intentan actuar como intermediarios en la crisis. De acuerdo con Feng, este enfoque contribuirá al interés del Sur global hacia el BRICS, que aboga por las ideas de inclusión, desarrollo e independencia contra el hegemonismo.

Asimismo, la vicerrectora de la Escuela Superior de Economía para Relaciones Internacionales, Viktoria Panova, dijo que el BRICS es percibido como una alternativa positiva, lo que significa que el grupo deberá mantener tanto su eficacia como inclusión. "No tenemos derecho a rechazar la cooperación de todos los países que creyeron en el BRICS", señaló y apuntó al carácter integral de la cooperación en el marco del grupo.

Nivedita Das Kundu, investigadora principal en la Universidad de York (Canadá), afirmó que el BRICS reconfigura el orden mundial, garantizando la transición de liderazgo de Occidente a Sur global, así como aboga por las reformas de instituciones multilaterales como la ONU, el FMI o el Banco Mundial. "Uno de los puntos fuertes de los BRICS es que ayuda a los países menos favorecidos sin imponer una agenda política ni manipular las economías locales", manifestó.

Por su parte, Philani Mthembu, director ejecutivo del Instituto del Diálogo Global en Sudáfrica, calificó la cumbre del BRICS que se celebrará en agosto y será la primera reunión presencial de los líderes del bloque después de la pandemia de covid-19 como la más importante en varios años. Además, sostuvo que las diferencias entre los países del BRICS solo fortalecen al grupo. "Precisamente debido a estas diferencias seguiremos cooperando, porque vivimos en un orden mundial cada vez más complejo", explicó.