La Justicia brasileña ha multado a Neymar con más de 16 millones de reales (unos 3,3 millones de dólares) por infracciones medioambientales durante la construcción de un lago artificial en su mansión en el municipio de Mangaratiba, en Río de Janeiro. El jugador tiene 20 días para presentar una apelación.
La fiscal general municipal Juraciara Souza Mendes da Silva decretó que las obras emprendidas por el futbolista carecieron del debido control medioambiental y lo declaró culpable del movimiento irregular de tierra, remoción no autorizada de vegetación y del incumplimiento deliberado del embargo por haber entrado en el lago después de la interdicción.