La desdolarización de la economía mundial es uno de los debates más candentes en medio de las actuales turbulencias geopolíticas y los llamamientos de países como China, Rusia, Irán o Brasil a favor de aumentar el comercio en monedas nacionales.
Una de las vías para reducir la dependencia del dólar estadounidense y desafiar su hegemonía en las finanzas mundiales podría pasar por la adopción de una moneda común por parte del bloque BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), que mantiene discusiones al respecto.
Los Estados miembros de esta organización llevan años intentado desvincularse del dólar, un proceso que se ha acelerado con la operación militar rusa en Ucrania, así como por las sanciones contra Moscú y la congelación de los activos del Banco Central ruso, unos 300.000 millones de dólares, por parte de Occidente.
En la próxima cumbre del BRICS, programada para agosto, está previsto que la desdolarización sea uno de los temas clave del encuentro.
Según la agencia Bloomberg, otro de los factores que estimulan la búsqueda de alternativas a la divisa estadounidense es la subida de los tipos de interés en EE.UU. Ese aumento provocó el encarecimiento del valor del dólar y de todas las mercancías que cotizan en esta moneda, perjudicando a la mayoría de los mercados emergentes.
Protección ante posibles sanciones
Previamente, la ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, indicó que el bloque BRICS y otras naciones del mundo se preguntan por qué han de usar el dólar en el comercio, cuando pueden recurrir a sus propias monedas. Además, los cancilleres de la organización solicitaron al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD, por sus siglas en inglés) que proporcione información sobre el posible funcionamiento de una moneda común. Entre otras cosas, al NBD, que financia proyectos del BRICS, se le encomendó analizar cómo esta divisa protegería a los países miembros del bloque frente a las posibles sanciones occidentales.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también aboga por la creación de una moneda común del BRICS. "¿Por qué todos los países necesitan hacer su comercio respaldado por el dólar?, ¿por qué no podemos comerciar con nuestras propias monedas?, ¿quién decidió que fuera el dólar?", se preguntó anteriormente Lula.
¿Un reto superable?
Sin embargo, no todos confían en la viabilidad de esta iniciativa. El gobernador del Banco de Reserva de Sudáfrica, Lesetja Kganyago, considera que la divisa del BRICS requeriría la creación de un banco central común, algo que sería complejo, dado que las cinco naciones se encuentran en diferentes zonas geográficas. El economista Jim O'Neill, quien en 2001 acuñó la abreviatura BRIC, también considera que la idea no es viable.
Por su parte, la profesora de la Universidad de Tufts (EE.UU.), Mihaela Papa, opina que las negociaciones sobre la moneda común del BRICS serían difíciles, teniendo en cuenta "las asimetrías de poder económico y la compleja dinámica política". Asimismo, para que la divisa sea viable, el bloque tendría que llegar a un acuerdo sobre el mecanismo de tipo de cambio; contar con sistemas de pago eficientes y un mercado financiero estable, regulado y líquido, apuntó la experta.
Sin embargo, Papa destaca algunas de las iniciativas del BRICS, como el establecimiento de un mecanismo de cooperación interbancaria para facilitar los pagos transfronterizos en monedas nacionales entre los bancos del bloque, así como el sistema virtual BRICS pay, que permitirá realizar pagos entre los Estados miembros de la organización sin tener que convertir sus monedas en dólares.
Aunque el dólar aún domina las finanzas mundiales, el bloque BRICS ampliará sus esfuerzos de desdolarización, vaticinó la profesora de la Universidad de Tufts. En este sentido, recordó que una veintena de países, Arabia Saudita e Irán entre ellos, han solicitado unirse a la organización.
En la actualidad, los países del BRICS representan más del 40 % de la población mundial y casi un tercio de la producción económica global. En 2020, el bloque superó al G7 en participación del PBI en paridad de poder adquisitivo. Según cálculos del Fondo Monetario Internacional, esta brecha seguirá ampliándose a los próximos años.