El agua potable de al menos 45 % de los grifos de EE.UU. contiene uno o más tipos de compuestos químicos conocidos como sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), según un estudio del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) publicado este miércoles en la revista Environment International, revisada por pares.
Tras recolectar muestras de agua de grifo de 716 ubicaciones que representan una gama de áreas de impacto humano bajo, medio y alto, los científicos encontraron 32 distintos compuestos PFAS, que examinaron mediante un método desarrollado por el Laboratorio Nacional de Calidad del Agua, adscrito al USGS.
El texto indica que los compuestos detectados con mayor frecuencia fueron el PFBS, el PFHxS y el ácido perfluorooctanoico (PFOA). Asimismo, detalla que la mayor exposición se observó cerca de áreas urbanas y posibles fuentes de PFAS, incluyendo las regiones de las Grandes Llanuras, los Grandes Lagos, la costa este y el centro y sur de California.
Mayor presencia en zonas urbanas
Los resultados de la investigación coinciden con estudios previos, que concluyeron que quienes viven en áreas urbanas tienen una mayor probabilidad de estar expuestos a sustancias perfluoroalquiladas. De hecho, los expertos del USGS estiman que la probabilidad de que no se observen PFAS en el agua del grifo es de cerca de 75 % en zonas rurales y solo de alrededor de 25 % en zonas urbanas.
"Los científicos del USGS analizaron el agua recolectada directamente de los fregaderos de la gente en todo el país, proporcionando el estudio más completo hasta la fecha sobre PFAS en el agua del grifo, tanto de pozos privados como de suministros públicos", explicó Kelly Smalling, hidróloga investigadora del Servicio Geológico de EE.UU. y autora principal del estudio.
De igual manera, detalló que las concentraciones de dichas sustancias —conocidas comúnmente como 'químicos para siempre', debido a que se descomponen muy lentamente— fueron similares en los suministros públicos y los pozos privados.
Desde el USGS alertan que las altas concentraciones de ciertos PFAS pueden generar riesgos para la salud humana, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. En este sentido, señalan que su persistencia en el medio ambiente y su prevalencia en todo el país norteamericano los convierten en una "preocupación única" sobre la calidad del agua.