La crisis climática puede afectar a la pérdida simultánea de cosechas en diferentes regiones agrícolas de todo el mundo. Sin embargo, sus consecuencias sociales y económicas son infravaloradas, según un estudio publicado el 4 de junio en Nature Communications.
Los autores señalan que los fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, sequías y fuertes precipitaciones, que cada vez son más frecuentes debido al calentamiento global, crean una amenaza para la agricultura y la seguridad alimentaria.
Así, advierten que los desastres naturales pueden provocar malas cosechas simultáneas, que desafiarían las cadenas de suministros globales, la estabilidad de precios y la lucha contra hambruna.
La investigación analizó datos de las observaciones y los modelos climáticos desde 1960 hasta 2014, seguidos de proyecciones para el período comprendido entre 2045 y 2099.
Tras el estudio, los expertos descubrieron que un "fuerte meandro" de la corriente en chorro o 'jet stream' —un flujo de aire intenso a manera de olas— está generando un impacto especialmente significativo en regiones agrícolas clave de Norteamérica, Europa del Este y Asia Oriental, reduciendo los rendimientos hasta un 7 %.
Además, el estudio concluyó que a pesar de la alta eficacia de los modelos computacionales del movimiento de las corrientes de aire en la atmósfera, los datos no reflejan el riesgo real de la magnitud de los fenómenos extremos.
Kai Kornhuber, uno de los autores principales del estudio e investigador de la Universidad de Columbia (EE.UU.), calificó el informe como una "llamada de atención". "Tenemos que estar preparados para este tipo de riesgos climáticos complejos en el futuro, y los modelos actuales no parecen reflejarlos", añadió.
El lunes el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, alertó de que 80 millones de personas más podrían sufrir hambruna a mediados de este siglo debido al cambio climático. Asimismo agregó que más de 828 millones de personas se enfrentaron al hambre en 2021.