Al anunciar su decisión de enviar municiones de racimo a Ucrania, el Pentágono aseguró el viernes al público que se trata de una versión mejorada para minimizar las víctimas civiles. Sin embargo, las propias declaraciones de funcionarios estadounidenses indican lo contrario, informa The New York Times.
El subsecretario del Departamento de Defensa sobre Asuntos Políticos, Colin Kahl, resaltó que las municiones convencionales mejoradas de doble propósito (DPICM, por sus siglas en inglés) que Washington suministrará a Kiev tienen una tasa de no detonación inferior al 2,35 %. Kahl señaló que esta cifra fue obtenida y verificada durante "cinco pruebas exhaustivas" realizadas por militares estadounidenses entre 1998 y 2020.
El periodo de las mencionadas pruebas corresponde a la disponibilidad del proyectil M864, cuya producción terminó en 1996. Un funcionario militar citado por el diario dijo que las últimas pruebas de fuego real de la fiabilidad de las municiones de racimo implicaron este modelo y tuvieron lugar en en 2020 en Yuma, Arizona.
Se trata de un proyectil de artillería de 155 mm, que al ser disparado es capaz de volar hasta 30 kilómetros antes abrirse en pleno vuelo, esparciendo 72 minibombas sobre un área mayor a un campo de fútbol.
Las DPICM en cuestión fueron utilizadas por EE.UU. en la operación Tormenta del Desierto en la guerra contra Irak en 1991.
"Los proyectiles que se enviarán a Kiev pueden volar más lejos que las versiones anteriores, pero contienen las mismas granadas, cuyo porcentaje de fallo fue calificado de inaceptablemente alto por el Pentágono", sostiene el medio.
Un informe de 2002 sobre el armamento empleado por Washington en la guerra del Golfo sitúa por encima del 14 % la tasa de no detonación de las minibombas llevadas por este modelo de proyectil. Además, las tasas de no detonación expuestas por los funcionarios del Pentágono en realidad están muy por debajo de lo que los especialistas de desminado encuentran en zonas postguerra.
"Los especialistas en desactivación de bombas del Ejército estadounidense están entrenados para ejercer extrema precaución en lugares donde se han utilizado armas de racimo, y para esperar que alrededor del 20 % de todas las submuniciones, independientemente del país de origen, no exploten", precisa el medio.
El polígono donde se someten a pruebas las municiones representa un terreno relativamente llano, de suelo firme y privado de vegetación, escenario ideal para que las submuniciones exploten al impacto. Mientras que en condiciones bélicas, las municiones caen en una variedad de terrenos, haciendo subir en un 10 % o más las tasas de no detonación, particularmente cuando impactan en agua, arena, barro, ramos de árboles o suelo suave, como un campo arado.
"Los detonadores se activan por impacto, por lo que si aterrizan en algo suave, pueden no recibir el golpe necesario", comentó Al Vosburgh, un coronel retirado especializado en desactivación de bombas.
Un alto funcionario de Defensa confirmó que las DPICM que se enviarán a Ucrania son el modelo M864 y que los factores ambientales pueden afectar a su funcionamiento. Sin embargo, dijo que el Pentágono no cree que los aspectos del terreno puedan traducirse en una tasa de fallos significativamente mayor.
- Debido al riesgo que estas armas representan para la población civil —se estima que más de la mitad de las víctimas son civiles—, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo.