Las municiones de racimo representan un grave peligro para la población civil, especialmente para los niños. Así reaccionó este lunes la vocera del Comité Internacional de la Cruz Roja, Fatima Sator, a la decisión de Washington de suministrar estas municiones a Ucrania.
"Independientemente de dónde se use este tipo de armas, tiene consecuencias humanitarias graves para las comunidades durante muchos años. Hemos visto demasiadas veces por todo el mundo cómo niños pueden confundirlas [a estas armas] con juguetes y resultar heridos. Matan y mutilan indiscriminadamente. Hacen inseguro el regreso de las personas desplazadas por la guerra a sus casas y de los granjeros a sus campos durante muchos años, si no décadas, después de que finalizan los conflictos", sostuvo Sator en un comentario a RIA Novosti.
- Las municiones de racimo, que se usaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial, pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Una vez lanzadas, se abren en pleno vuelo, esparciendo muchas minibombas sobre una amplia zona.
- Los críticos argumentan que, al dispersarse, estas submuniciones pueden mutilar y matar a civiles, a lo que se une el riesgo asociado a los proyectiles sin estallar, que representan un peligro durante años.
- Debido a la incidencia letal de estas armas en la población civil, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo. Cabe destacar que 111 naciones son parte del convenio, mientras que solo 12 son firmantes.