El suministro de bombas de racimo a Ucrania por parte de Washington no amenaza la unidad de la OTAN, pese a que algunos aliados han rechazado este paso, afirmó este martes el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en una sesión informativa.
De acuerdo con el funcionario, el presidente de EE.UU., Joe Biden, abordó en la jornada de ayer una amplia gama de cuestiones en su reunión con el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, incluido el tema de las municiones en racimo y la ayuda militar a Ucrania en general. "Ciertamente no hemos visto que el primer ministro británico o, de hecho, cualquiera de nuestros aliados de la OTAN salga y diga que esto amenaza la unidad de la OTAN", declaró Sullivan.
No obstante, reconoció que los miembros de la alianza tienen opiniones diferentes sobre las bombas de racimo y muchos de ellos firmaron una convención que prohíbe su uso. "No quiero sugerir que hay unidad sobre el uso de las municiones: obviamente, muchos países han dicho, debido a sus obligaciones legales, que no lo apoyarían", señaló Sullivan. Sin embargo, "hay un amplio nivel de entendimiento de que EE.UU. tomó esta decisión de forma pensativa y cuidadosa y en el mejor interés de proteger al pueblo ucraniano, la soberanía e integridad territorial de Ucrania", agregó.
"Los rumores sobre la muerte de la unidad de la OTAN fueron muy exagerados", concluyó Sullivan.
- Las municiones en racimo, que se usaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial, pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Una vez lanzadas, se abren en pleno vuelo, esparciendo un gran número de minibombas sobre una amplia zona.
- Los críticos argumentan que, al dispersarse, estas submuniciones pueden mutilar y matar a civiles, a lo que se une el riesgo asociado a los proyectiles sin estallar, que representan un peligro durante años.
- Debido a la incidencia letal de estas armas entre la población civil, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo.