Durante siglos, distintas escuelas filosóficas han debatido si las personas pueden oír solamente sonidos o si es posible también oír el silencio. Gracias a un nuevo enfoque empírico, investigadores de la Universidad Johns Hopkins han puesto fin a esta controversia teórica, demostrando que, en ciertas circunstancias, es posible escuchar el sonido del silencio.
De acuerdo con la institución, los científicos realizaron una serie de siete experimentos en los que adaptaron ilusiones auditivas bien conocidas, sustituyendo los sonidos originales por periodos de silencio, para demostrar que el silencio realmente se percibe y no solo se deduce.
En una de las ilusiones usadas, conocida como "uno es más", un sonido largo aparenta tener más duración que dos cortos consecutivos separados por un instante de silencio, aunque las dos secuencias duren lo mismo. Tomando esta ilusión como punto de partida, los científicos sustituyeron los sonidos por momentos de silencio, en un experimento que bautizaron como "uno-silencio-es-más".
Escuchando el silencio
Durante las pruebas, los investigadores reprodujeron a 1.000 participantes paisajes sonoros de lugares bulliciosos, como restaurantes, mercados o estaciones de tren. En la primera secuencia, la grabación era interrumpida abruptamente con dos periodos cortos de silencio separados por un instante de sonido, mientras que en la segunda el periodo de silencio era continuo.
Como resultado, los expertos descubrieron que los participantes percibían que el silencio largo tenía mayor duración que los dos cortos, demostrando que "los silencios provocaron distorsiones temporales perfectamente análogas a las de sus homólogos sonoros, lo que sugiere que el procesamiento auditivo trata los momentos de silencio del mismo modo que trata los sonidos".
"Hay al menos una cosa que oímos que no es un sonido y es el silencio que se produce cuando los sonidos desaparecen", explicó Ian Phillips, coautor de la investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Estos hallazgos, apuntan los expertos, sientan las bases para estudiar desde un nuevo enfoque la percepción del silencio. El siguiente paso, señalan, será analizar en qué grado percibimos la ausencia de sonido y si oímos el silencio que no está precedido por sonidos.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!