Los países del G7 aprobaron este miércoles una declaración conjunta sobre la ayuda a Ucrania en la que se comprometen a ofrecer un apoyo militar "duradero" a Kiev. El documento fue presentado por los líderes del grupo, que incluye al Reino Unido, EE.UU., Japón, Canadá, Francia, Alemania e Italia, durante la cumbre de la OTAN que se celebra en la capital lituana, Vilna.
"Cada uno de nosotros trabajará con Ucrania en compromisos y acuerdos de seguridad específicos, bilaterales y a largo plazo para garantizar una fuerza sostenible capaz de defender a Ucrania ahora y disuadir la agresión rusa en el futuro", reza el texto, agregando que "la seguridad de Ucrania forma parte integral de la seguridad de la región euroatlántica".
Entre los compromisos figuran el suministro de "equipos militares modernos en los ámbitos terrestre, aéreo y marítimo", apoyo al desarrollo de la industria de defensa de Ucrania, formación de los militares ucranianos, intercambio de inteligencia, así como asistencia en ciberdefensa.
El G7 también pretende "reforzar la estabilidad económica y la capacidad de recuperación de Ucrania, incluso mediante esfuerzos de reconstrucción y recuperación", con el objetivo de crear las condiciones para la prosperidad económica de Ucrania, incluida su seguridad energética. Además, proporcionará "apoyo técnico y financiero para las necesidades inmediatas de Ucrania" para que el país "pueda seguir aplicando el programa de reformas efectivas que apoyen la buena gobernanza necesaria para avanzar hacia sus aspiraciones euroatlánticas".
En caso de un futuro conflicto con Rusia, los países del grupo tienen intención de "consultar inmediatamente con Ucrania para determinar los pasos siguientes adecuados". En particular, se comprometen a proporcionar a Kiev una "asistencia rápida y sostenida en materia de seguridad y equipamiento militar moderno", así como asistencia económica e "imponer costes económicos y de otro tipo a Rusia".
Según el documento, los miembros del G7 mantienen su compromiso de "exigir responsabilidades a Rusia", que incluye "trabajar para garantizar que los costes para Moscú sigan aumentando". En este contexto, señalaron que "en consonancia con sus sistemas jurídicos correspondientes, los activos soberanos rusos en sus jurisdicciones permanecerán congelados hasta que Rusia pague por los daños que ha causado a Ucrania".
Al mismo tiempo, a cambio Kiev se compromete a "contribuir positivamente a la seguridad de los aliados y a reforzar las medidas de transparencia y responsabilidad con respecto a la ayuda" que recibe. Así, la parte ucraniana deberá seguir aplicando reformas en materia de Justicia, lucha contra la corrupción, economía, defensa, entre otras, "poniendo de relieve sus compromisos con la democracia, el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos y las libertades de los medios de comunicación".