El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, declaró el jueves en una entrevista con la CNN que empleó municiones de racimo durante su participación en combates y por eso sabe cómo funcionan.
"Sé cómo funcionan estas municiones, de hecho, las usé en combate", afirmó Austin, respondiendo a una pregunta de un periodista que expresó preocupación por que civiles y niños puedan morir o resultar heridos por bombas sin detonar. El jefe del Pentágono no precisó dónde utilizó este tipo de armas, pero participó en las misiones militares de EE.UU. en Irak y Afganistán.
Además, el secretario intentó explicar la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de enviar municiones de racimo a Ucrania. "Queremos asegurarnos de que Ucrania tiene lo que necesita para poder continuar la lucha. Mientras se producen esas expansiones, las municiones de racimo actúan como una especie de capacidad puente. Queremos que puedan seguir manteniendo la presión sobre el enemigo y apoyar sus planes de maniobra. Por eso el presidente tomó esta decisión deliberada", señaló Austin.
Este jueves Douglas Sims, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., anunció que Washington ya ha suministrado municiones de racimo a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
- Las municiones de racimo, que se usaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial, pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Una vez lanzadas, se abren en pleno vuelo, esparciendo muchas minibombas sobre una amplia zona.
- Los críticos argumentan que, al dispersarse, estas submuniciones pueden mutilar y matar a civiles, a lo que se une el riesgo asociado a los proyectiles sin estallar, que representan un peligro durante años.
- Debido a la incidencia letal de estas armas en la población civil, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo. De esos países, 111 son parte del convenio y solo 12 son firmantes.