La cumbre sobre la guerra en Sudán pide el cese de la violencia mientras la ONU descubre una fosa común en Darfur
En una declaración conjunta, los líderes de siete países africanos han pedido a las partes enfrentadas en Sudán, país asolado por la guerra, un alto el fuego y han solicitado a los Estados de la región que no intervengan en el conflicto. Así se informa en el sitio web de la Presidencia de la República Árabe de Egipto, donde el 13 de julio se celebró una cumbre de los países vecinos de Sudán. Ese mismo día, la ONU informó del descubrimiento de una fosa común en Darfur, lo que indica la matanza de civiles.
Según el comunicado, los países africanos participantes en el encuentro (Egipto, Etiopía, Eritrea, Chad, Sudán del Sur, la República Centroafricana y Libia) reconocieron que el actual conflicto es "un asunto interno de Sudán" y reiteraron la necesidad de "evitar fragmentar el país o sumirlo en el caos" para prevenir la expansión del terrorismo y la delincuencia.
Los Estados expresaron su "grave preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Sudán" y se comprometieron a ayudar en los esfuerzos internacionales para hacer frente a las consecuencias humanitarias de la crisis, incluida la situación de un gran número de refugiados y desplazados internos.
Además, los países reunidos en la cumbre condenaron "los persistentes ataques contra civiles, instalaciones sanitarias y servicios públicos". El mismo día, la ONU emitió un comunicado de prensa en el que anunciaba que se había descubierto en Darfur una fosa común con los restos de al menos 87 personas, entre ellas 7 mujeres y 7 niños, presuntamente asesinados por las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán.
El Alto Comisionado de la Organización para los Derechos Humanos, Volker Türk, condenó enérgicamente la matanza de civiles y pidió a las partes en el conflicto que autorizaran y facilitaran una búsqueda rápida de los fallecidos, de acuerdo con el derecho internacional.
- Los enfrentamientos armados en Sudán entre el Ejército regular y las Fuerzas de Apoyo Rápido comenzaron a mediados de abril por desacuerdos sobre la inclusión de combatientes de las FAR en las fuerzas armadas.