Los dueños de perros en la ciudad de Béziers, al sur de Francia, deberán llevar consigo un pasaporte genético de sus mascotas, para determinar el origen de los excrementos de los animales en la calle y facilitar el proceso de multas y sanciones, reportó este domingo la cadena de noticias France Bleu.
"Hemos hecho un recuento y recogemos más de 1.000 desechos al mes, a veces muchos más, solo en el centro de la ciudad. Esto no puede seguir así", declaró alcalde de la urbe, Robert Ménard.
A través de un decreto, el alcalde implementó una ley que exige a los dueños de perros adquirir una identificación genética gratuita hecha por un veterinario mediante una muestra de saliva de sus mascotas, para permitir su tránsito por el centro de Béziers.
"En España, Italia y el Reino Unido, en ciudades como Valencia han obligado a los propietarios [de los perros] a acudir a su veterinario para obtener esta prueba genética", agregó Ménard. "Valencia nos ha confirmado que ha reducido considerablemente el número de excrementos", comentó.
De hecho, en Valencia se logró reducir en un 90 % las heces de perro en las calles en 6 meses gracias a una medida similar.
Según el plan previsto, las personas que no porten el pasaporte genético de su mascota serán multadas con 38 euros (unos 42 dólares), mientras, si se hallan excrementos de perro en la calle, los datos genéticos serán analizados y revisados por la policía, lo que conlleva una multa en la factura de limpieza de 122 euros (unos 137 dólares).
El decreto regirá hasta julio de 2025 y tendrá flexibilidad con las personas que circulen como turistas.