El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, manifestó este miércoles, en una entrevista concedida a The Guardian, que los países caribeños están contemplando buscar el asesoramiento de la Corte Internacional de Justicia para exigir una compensación por parte de aquellas naciones europeas que comerciaron con esclavos africanos en el continente americano.
El mandatario caribeño precisó que que la intención de recurrir al órgano judicial de la ONU posiblemente se discuta el próximo mes, en una reunión del subcomité sobre reparaciones de la Comunidad del Caribe (CARICOM), que dirige la primera ministra de Barbados, Mia Mottley.
"Estamos en una etapa en la que probablemente acudamos a la Corte Internacional de Justicia para obtener una opinión consultiva, pero hay otras actividades paralelas que se están llevando a cabo y esto está cobrando impulso", indicó Gonsalves, quien recientemente participó en la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Bruselas (Bélgica).
El también presidente de la CELAC exigió a ese respecto una disculpa por parte del Gobierno del Reino Unido, además de solicitar una "conversación madura" con las autoridades británicas para establecer "un programa de justicia reparadora". Asimismo, recalcó que esa petición no tiene por fin lograr alguna indemnización económica para los descendientes de esclavos, sino evidenciar las consecuencias de la esclavitud y colonización en la población afroamericana.
En búsqueda de una justicia reparadora
Entre tanto, como organismo, CARICOM presentó un plan de reparación de 10 puntos, que abarcan desde disculpas públicas por parte de las potencias europeas esclavistas hasta el reconocimiento del genocidio de comunidades nativas, la cancelación de deudas públicas y la repatriación de personas hacia naciones africanas, en caso de que así lo deseen.
"No buscamos caridad […] estamos buscando justicia", afirmó Mia Mottley al señalar que la ONU puede desempeñar un "papel vital" para alcanzarla.
Al menos 12,5 millones de africanos fueron sometidos, secuestrados y luego transportados a la fuerza en barcos, en su mayoría europeos, para ser vendidos como esclavos en el continente americano entre los siglos XV y XIX. Por esa realidad histórica, hay actualmente una lista de 10 países europeos a los que se les exige alguna forma de compensación. En la actividad esclavista destacaron, entre otros, Reino Unido, Francia, España, Portugal, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bélgica y Alemania.