Manifestantes iraquíes se congregaron este jueves en la plaza Tahrir de Bagdad para protestar contra una quema de ejemplares del Corán en Estocolmo autorizada por las autoridades suecas.
Imágenes difundidas en las redes sociales muestran a personas portando copias del libro sagrado del islam, banderas del país árabe, fotos del gran ayatolá Ali Sistani, máxima autoridad religiosa de los musulmanes chiitas iraquíes y una pancarta con la foto del primer ministro sueco, Ulf Kristersson, tachada con una cruz roja.
La protesta multitudinaria tuvo lugar horas después de que cientos de descontentos irrumpieran en la Embajada sueca en el país y prendieran fuego dentro, en respuesta al nuevo permiso de la Policía sueca para que un manifestante quemara públicamente una copia del Corán y la bandera de Irak en la capital del país escandinavo.
Según informes de medios, Salwan Momika, el hombre que había prometido quemar el Corán, pisoteó el libro ante la Embajada de Irak en Estocolmo el jueves, pero sin prenderle fuego.
Al día siguiente, Bagdad tomó la decisión de retirar a su encargado de negocios en el país escandinavo y pedir al embajador sueco que abandone su territorio.
A finales de junio, Momika ya había quemado un ejemplar del libro sagrado ante la principal mezquita de la capital sueca en una protesta autorizada por las autoridades, lo que provocó una ola de indignación en el mundo islámico.
Sin embargo, el número de incidentes de este tipo tampoco termina ahí. En enero de 2022, la Policía sueca otorgó al activista de extrema derecha danés Rasmus Paludan el permiso para quemar una copia del Corán frente a la Embajada turca.