Un antiguo pasajero del sumergible que implosionó el mes pasado con 5 pasajeros a bordo declaró que el director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, que también murió en el accidente, sabía que las expediciones iban a acabar en un desastre, además de calificar el sumergible como "una ratonera para multimillonarios", según una entrevista que le concedió a 60 Minutes Australia este domingo.
El hombre, Karl Stanley, que había estado en una expedición con Rush en las Bahamas en 2019, sostuvo que no tenía "ninguna duda de que fue el tubo de fibra de carbono la parte mecánica que falló" en el último viaje del sumergible Titán, ya que él mismo fue testigo de ciertas anomalías.
"Sin duda sabía que iba a acabar así. Literal y figuradamente, se fue con la mayor explosión de la historia de la humanidad con la que te puedes ir", aseveró el entrevistado. "Fue la última persona en asesinar a dos multimillonarios a la vez y hacerles pagar por el privilegio", agregó.
Stanley, que también tiene conocimientos en submarinos, pues dirige una compañía en Honduras dedicada a la exploración en aguas profundas, Stanley's Submarines, envió un correo advirtiendo a Rush sobre defectos sospechosos del sumergible después de su expedición.
Además, no fue el único en enviar advertencias vía correo electrónico a Rush, sino que un exempleado, David Lochridge, también había llamado la atención sobre posibles fallas en el casco de la nave; consideraciones que fueron desestimadas por el director ejecutivo de la compañía.
A pesar de las advertencias, la empresa siguió vendiendo excursiones por un valor de 250.000 dólares por persona, y su última travesía se dio el 18 de junio de este año.