Un grupo internacional de astrónomos descubrió que las ondas magnéticas de alta frecuencia podrían ser las responsables de que la parte exterior de la atmósfera del Sol, conocida como corona solar, sea inexplicablemente más caliente que la superficie de la estrella, informó este lunes el Observatorio Real de Bélgica.
La temperatura de la superficie visible del astro, denominada como fotosfera, oscila en torno a los 6.000 grados centígrados. Sin embargo, la corona solar, que se sitúa a varios miles de kilómetros por encima de la fotosfera, es 200 veces más caliente que esta, alcanzando un millón de grados centígrados.
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido), la comunidad científica ha tratado de descifrar durante décadas las causas relacionadas con el aumento de la temperatura en la atmósfera solar, pese a que esta se encuentra a una mayor distancia de la principal fuente de calor del Sol, que es su núcleo.
En 1942, el científico sueco Hannes Alfvén sugirió que las ondas magnetizadas de plasma podrían transportar grandes cantidades de energía a través del campo magnético de la estrella, desde su interior hasta la corona sin pasar por la fotosfera, antes de explotar por el calor en la parte superior de la atmósfera solar.
Descubriendo las causas del calentamiento de la corona
Sin embargo, a pesar de que esta teoría fue temporalmente aceptada, aún faltaban pruebas de que la corona puede calentarse mediante ondas magnéticas. Ahora, una nueva investigación, publicada en The Astrophysical Journal Letters, determinó que las ondas que oscilan rápidamente en las pequeñas estructuras magnéticas de la corona, así como la energía de estas oscilaciones, son las que contribuyen al calentamiento de la atmósfera solar.
Esta reciente información se obtuvo a partir de las observaciones recopiladas por el telescopio Extreme Ultraviolet Imager (EUI), que se encuentra a bordo del satélite Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este dispositivo satelital tiene la capacidad de estudiar al Sol desde puntos muy cercanos a este.
Los especialistas habían detectado anteriormente ondas magnéticas más lentas, pero no parecían generar la suficiente energía que explicara la diferencia de temperatura entre la superficie y la atmósfera. No obstante, se comprobó que las ondas de alta frecuencia contribuían considerablemente al calentamiento de la corona que las de baja frecuencia.
"Dado que sus resultados indicaron un papel clave para las oscilaciones rápidas en el calentamiento coronal, dedicaremos gran parte de nuestra atención al desafío de descubrir ondas magnéticas de mayor frecuencia con el EUI", apuntó el astrofísico David Berghmans.
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