Diferentes municipios de México se han quedado sin policías, ya que muchos agentes renuncian por temor a convertirse en blanco de presión por parte de las agrupaciones delictivas, en una época en la que se han registrado múltiples casos de agresión contra uniformados.
En un caso particular, el del municipio de Nuevo Casas Grandes, estado de Chihuahua, los uniformados no quisieron realizar el examen de confianza y, de 80 elementos, 40 eligieron quedarse sin trabajo. De los restantes, 30 reprobaron y fueron despedidos.
La investigadora de la organización mexicana Causa en Común, Nancy Canjura, asegura que en México "aproximadamente 750 municipios no cuentan con un policía local" y lo más sorprendente es que algunas localidades nunca tuvieron uno, dado que no poseen los recursos necesarios. Además, existen renuncias o despidos masivos por vinculación a la delincuencia organizada.
Otros problemas que enfrentan los uniformados, según Canjura, son los bajos sueldos, la falta de capacitación y la inexistencia de una regulación que obligue a todas las corporaciones a brindarles una "seguridad social mínima".
Esta situación ha provocado que los mexicanos sientan desconfianza de los agentes del orden público, y ante la pregunta de si les gustaría algún día pertenecer al cuerpo de policías, la negativa fue una constante. Los ciudadanos señalan que el sistema actualmente es muy corrupto y que los mismos elementos policiales roban, extorsionan e incluso asesinan por el hecho de no cooperar con la corrupción.