"Para Washington, es hora de reconocer que su amor por las sanciones puede socavar su propio poder económico y diplomático en todo el mundo", afirma Christopher Sabatini, investigador principal para América Latina en el centro de estudios londinense Chatham House, en un artículo publicado este lunes en la revista Foreign Policy.
"Durante las últimas dos décadas, las sanciones han sido el instrumento favorito de la política exterior de gobiernos occidentales, liderados por Estados Unidos", dice Sabatini. El experto destaca que seis países –Rusia, Cuba, Venezuela, Irán, Siria y Corea del Norte– están bajo restricciones integrales de EE.UU., mientras que 17 países más están sujetos a sanciones selectivas. Al mismo tiempo, otros siete países, China incluida, están sometidos a los controles de exportación.
"En 2021, según un informe del Departamento del Tesoro, EE.UU. había impuesto sanciones a más de 9.000 personas, empresas y sectores económicos de ciertos países. En 2021, el primer año en el cargo del presidente estadounidense Joe Biden, su administración agregó 765 nuevas designaciones de sanciones a nivel mundial, incluidas 173 relacionadas con los derechos humanos", señala el analista. Añade que, en total, los países sometidos a cualquier tipo de restricciones estadounidenses representan más del 20 % del PIB mundial, y se debe tener en cuenta que Pekín supone el 80 % de este grupo.
En este contexto, el gigante asiático construye el sistema económico-comercial internacional alternativo, libre del dólar estadounidense y otros instrumentos financieros occidentales. Tal sistema, indica Sabatini, ayuda a esquivar las restricciones de EE.UU. a los países que están bajo estas, y además "conlleva considerables riesgos sistémicos para EE.UU. y sus aliados". En este sentido añade que tanto países sancionados como "un creciente número de países no sancionados" aspiran a liberarse de la hegemonía del dólar.
"Dentro del club BRICS, al que al menos media docena de otras economías emergentes están haciendo cola para unirse, solo dos países están bajo algún tipo de sanciones: China y Rusia. Los otros tres, en particular la India, son países con los que EE.UU. tiene asociaciones cada vez mayores y, por lo tanto, es poco probable que sean objeto de sanciones estadounidenses próximamente", destaca.
Además, cita el ejemplo del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuya postura "representa un deseo genuino y creciente entre muchos miembros de Sur Global de liberarse del dominio del dólar y el sistema financiero estadounidense". "En otras palabras, incluso los socios de EE.UU. minimizan sus riesgos contra la política de sanciones extraterritoriales de Washington", explica el experto.
Según Sabatini, es poco probable que la Casa Blanca reconsidere su política de sanciones a corto plazo. No obstante, de no hacerlo, las restricciones no ayudarán a lograr los objetivos previstos hacia los países sometidos a las sanciones. En particular, no alcanzaron un cambio de régimen en Cuba, Venezuela, Irán o Corea del Norte. "A veces, las sanciones no funcionan y, en muchos casos, socavan activamente los intereses de EE.UU.", concluye el analista.