Condolencias por las víctimas del 11S y desinterés por la gente en llamas en Odesa: Moscú traza paralelismos entre ambas tragedias

En mayo de 2014, neonazis ucranianos prendieron fuego al edificio de la Casa de los Sindicatos donde se habían refugiados personas que se oponían al golpe de Estado.

El mundo entero se solidarizó con las personas que intentaron abandonar las Torres Gemelas de Nueva York tras el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001, pero nadie ha condenado las acciones inhumanas de los nacionalistas ucranianos durante el incendio provocado en la Casa de los Sindicatos de Odesa en 2014, donde murieron 48 personas, criticó este miércoles la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, durante una sesión informativa.

"No debemos olvidar que las Fuerzas Armadas rusas están luchando en Ucrania contra una ideología fascista que odia a la humanidad, no [es una lucha] contra personas individuales que incumplen en absoluto algunos principios elementales de moralidad y ética, sino contra todo ese sistema", dijo la vocera.

"La actividad criminal con el uso abierto de métodos terroristas hace tiempo que se ha convertido [...] en una práctica rutinaria del régimen de Kiev. Sus representantes ya no temen admitirlo directamente y asumen la responsabilidad de los ataques contra objetivos civiles y contra civiles", agregó.

"Estas prácticas comenzaron [a emplearse] hace mucho tiempo", manifestó, refiriéndose al golpe de Estado de 2014 en el que "el uso del terror fue uno de los medios para derrocar a un gobierno legítimo".

"Nadie pronunció una palabra de condolencia"

"El 18 de febrero de 2014, la oficina del gobernante Partido de las Regiones [en Kiev] fue atacada. Los milicianos lanzaron cócteles molotov y bombas caseras contra el edificio, provocaron un incendio y golpearon a las personas que intentaron abandonar las instalaciones. En resultado, murieron dos empleados de la oficina", recordó.

"Las mismas tácticas se utilizaron en Odesa el 2 de mayo de 2014, cuando nacionalistas armados, alentados por las autoridades [...] llevaron a cabo un baño de sangre en la Casa de los Sindicatos. Prendieron fuego al edificio, [...] disparando a las personas que intentaban escapar", declaró Zajárova.

"Recuerdo cómo el mundo entero se compadeció de quienes intentaron abandonar el edificio de las Torres Gemelas de Nueva York en 2001 [...]. Y recuerdo muy bien los gestos y risas de los matones extremistas que se apostaron frente a la Casa de los Sindicatos en Odesa y esperaron a que la gente se quemara", añadió.

La diplomática señaló que, en ese momento, "nadie en Occidente pronunció una palabra de condolencia" ni una condena "cuando se difundieron por todo el mundo las imágenes salvajes y horribles de lo cometido por los extremistas del régimen de Kiev".

Según la vocera del Ministerio ruso de Exteriores, los responsables del crimen no fueron solo unos individuos, sino que se trató de "un enfoque sistémico" como se ha demostrado con el paso de los años.