En Haití han recibido con cierto escepticismo la propuesta del Gobierno de Kenia, que se ofreció a encabezar una fuerza multinacional y desplegar agentes de seguridad en el país caribeño para hacer frente a las pandillas.
El ex primer ministro haitiano Claude Joseph criticó a la nación africana porque, según sus palabras, no está en condiciones de asumir un papel pacificador al estar "sumida en su propia crisis sociopolítica interna".
"Desde hace meses, manifestaciones mortales han sacudido periódicamente el país. Las protestas antigubernamentales en rechazo al alto costo de la vida son reprimidas violentamente por la Policía", señaló Joseph, agregando que el accionar de las fuerzas de seguridad "ha provocado fuertes críticas de varias organizaciones de derechos humanos y de la Conferencia Episcopal de Kenia".
"Una Policía que no es profesional en su país, ¿puede serlo en otra parte?", cuestionó.
Otro factor de desconfianza para los haitianos sobre las intervenciones extranjeras son sus frecuentes abusos cometidos esas fuerzas en las últimas décadas. Los integrantes de la misión de mantenimiento de paz de la ONU, desplegada entre 2004 y 2017, fueron acusados de haber abusado sexualmente a mujeres y niñas.
En 2010, la contaminación fecal de un río haitiano por parte de los cascos azules provocó una epidemia de cólera que mató a casi 10.000 personas. "Esto dejó un sabor amargo de boca en la población del país", aseguró un haitiano a AP. "Traer fuerzas internacionales podría significar repetir nuestra historia", agregó.
Haití enfrenta una grave crisis de violencia provocada por las pandillas. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 165.000 personas han sido desplazadas internamente y otras 1.630 han sido asesinadas, heridas o secuestradas en los primeros tres meses de 2023.
En octubre del año pasado, la nación caribeña solicitó oficialmente ayuda internacional para hacer frente a los problemas de seguridad. La semana pasada, el ministro de Relaciones Exteriores de Kenia, Alfred Mutua, dijo que Nairobi había respondido afirmativamente "al pedido del Grupo de Naciones Amigas de Haití" y que se compromete a "desplegar un contingente de 1.000 policías para ayudar a formar y asistir a la Policía haitiana, en su tarea de restablecer la normalidad en el país y proteger las instalaciones estratégicas".
La propuesta fue bien recibida por el secretario general de la ONU, António Guterres. "El secretario general da la bienvenida a la respuesta positiva de Kenia a su llamado para el apoyo de seguridad internacional —que no será bajo bandera de la ONU— que se necesita con urgencia para Haití", dijo el portavoz adjunto del organismo, Farhan Haq.
Este martes, EE.UU. anunció que presentará una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU para impulsar el despliegue de una misión internacional liderada por Nairobi. Posteriormente, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, comunicó que mantuvo una conversación con el presidente de Kenia, William Ruto, en la que discutieron "la próxima llegada de una misión de reconocimiento y evaluación" en la nación caribeña.
"En nombre del pueblo haitiano, aprovecho la oportunidad para agradecer al presidente y al pueblo keniano por esta manifestación de solidaridad fraternal, al estar dispuestos a asumir el mando de una fuerza multinacional con el mandato de la ONU para restablecer la seguridad en Haití", agregó.