Un militar ucraniano que decidió rendirse a las tropas rusas relató que iba armado con un fusil de asalto tan antiguo, que tuvo que golpearlo contra la pared para poder desmontarlo, según explica en un video publicado este sábado por el Ministerio de Defensa de Rusia.
"Me dieron un fusil de asalto AK-74 fabricado en 1979. Para desmontarlo, tuve que golpearlo contra la pared. Estaba oxidado y no podía quitar la tapa ni el compensador de retroceso, nada. Las armas de asalto estaban en un estado muy malo, las granadas eran soviéticas, las ametralladoras también en mal estado", contó el prisionero de guerra. Además, señaló que en la 95.ª brigada del Ejército ucraniano, en la que él sirvió, "básicamente" no había armas pesadas.
El militar relató que fue movilizado cuando salía de un supermercado en la ciudad sureña de Nikoláyev y que, aunque pasó un curso de entrenamiento antes de ser enviado a la línea de frente, su capacitación era muy escasa.
"Un par de veces disparamos 9 cartuchos contra los blancos. La mayor parte del tiempo caminábamos por el bosque y pretendíamos que estábamos entrenando habilidades tácticas. No desarrollé ninguna [habilidad]", dijo. Asimismo, relató que él y sus compañeros tenían que conseguir los alimentos por su propia cuenta, porque sus superiores les abastecían con "poca comida".
Desde el Ministerio de Defensa de Rusia señalan que "cada vez más" soldados ucranianos deciden entregarse a las tropas rusas, debido a las grandes pérdidas en las filas del Ejército de Kiev y a la "incompetencia" de sus comandantes.