Luna-25: la primera misión lunar en la historia moderna de Rusia
El 11 de agosto, está previsto que, por primera vez en la historia moderna de Rusia, una nueva sonda robótica sea lanzada a la Luna con el propósito de comprobar la presencia de hielo en la superficie cercana a su polo sur.
Se trata del módulo de aterrizaje automático Luna-25, que tendrá la tarea científica de estudiar la composición del suelo del satélite natural de la Tierra, así como analizar los componentes de polvo y plasma de su exósfera.
Conozca más sobre esta misión que ayudará a determinar si los polos lunares son lugares ideales para construir las futuras bases que habitarán los humanos en la Luna.
Breve historia de las primeras misiones lunares de la URSS
La Luna es el lugar más cercano a la Tierra donde los humanos han puesto un pie. Sin embargo, antes de este hecho histórico, se desconocía si era posible alunizar en su superficie, ya que se pensaba que las naves podían hundirse en una capa de polvo profunda.
La Unión Soviética dio un paso significativo en la carrera espacial, que había iniciado en octubre de 1957 con el lanzamiento del primer satélite artificial (Sputnik), al ser la primera nación en llegar primero a la Luna.
Este hito tuvo lugar en enero 1959, cuando Luna-1 se convirtió en la primera sonda en pasar a 5.995 kilómetros de la superficie de nuestro satélite, aunque no logró posarse en ella.
No fue hasta septiembre de ese mismo año, cuando Luna-2 logró impactar en la Luna, a una velocidad cercana a los 12.000 kilómetros por hora. Este artefacto permitió confirmar que el cuerpo celeste no tenía un campo magnético ni cinturones de radiación.
Pasados 7 años, Luna-9 demostró que el suelo lunar era sólido, por lo que este dato contribuyó considerablemente al programa Apolo de la NASA. Además, este dispositivo logró tomar la primera fotografía en la historia de la superficie lunar.
En marzo 1966, Luna-10 fue la primera nave en orbitar la Luna, permitiendo examinar la topografía del objeto astronómico. No fue hasta agosto de 1976 que la estación automática Luna-24 obtuvo los primeros datos sobre la existencia de hielo en el satélite. Sin embargo, la baja cantidad de humedad que se encontró en las muestras recolectadas no logró alentar a los científicos a continuar en esta dirección.
Después de Luna-24, el resto de las misiones soviéticas lunares fueron canceladas, incluso las planificadas y preparadas. Esta situación provocó que la investigación de la Luna fuera abandonada gradualmente, hasta que las demás potencias espaciales, encabezadas por la Agencia Espacial Europea (ESA), China, la India, Israel y EE.UU., iniciaran una nueva carrera lunar.
¿Cómo nació la misión Luna-25?
A mediados de la década de 1990 se propuso construir una estación orbital cuyo vehículo de descenso estuviera equipado con instrumentos con la capacidad de detectar agua congelada en un cráter polar. Este módulo de aterrizaje se denominó inicialmente como 'Lunar-Glob'.
No obstante, el proyecto no prosperó, puesto que se decidió dar prioridad al estudio de Marte. En la década del 2010, la corporación estatal Roscosmos propuso crear una sonda robótica para realizar investigaciones en el polo sur de la Luna, la cual recibió el nombre de 'Luna-25'.
Luna-25 se convertirá en la primera sonda en alunizar en la región polar, ya que sus predecesoras habían logrado posarse en la zona ecuatorial del satélite.
Es en esta zona que el nuevo módulo de aterrizaje tratará de detectar agua, la cual fue descubierta no hace mucho por los científicos mediante equipos remotos.
Características y equipamiento de Luna-25
El módulo de aterrizaje tiene una base de cuatro patas, que contiene propulsores de aterrizaje y los tanques de combustible, así como un compartimiento superior en donde están alojados los paneles solares, el equipo de comunicación, las computadoras de a bordo y la mayor parte del instrumental científico.
Se estima que la masa seca de la estación es de unos 615 kilogramos y se espera que su peso con el combustible, al momento del lanzamiento, sea de unos 1.750 kilogramos. El dispositivo mide 3,17 metros de alto por 3,7 de ancho.
El módulo de aterrizaje tiene un Brazo Robótico Lunar (LRA, por sus siglas en inglés) de 1,6 metros de largo para extraer y recolectar las muestras del suelo lunar, conocido como 'regolito', a profundidades de 20 a 30 centímetros. El LRA está equipado con una cuchara con un volumen de 175 centímetros cúbicos, así como una herramienta de adquisición de muestras y un tubo para almacenarlas.
Luna-25 está integrado también por ocho instrumentos científicos. El primero de estos es el ADRON-LR, un espectrómetro de rayos gamma y neutrones para estudiar el regolito superficial. El ARIES-L será el encargado de detectar la partículas cargadas y neutras en la exosfera polar. El LIS-TV-RPM es un espectrómetro infrarrojo que mide el agua superficial y el hidróxido (OH) y está montado en el LRA.
El espectrómetro de masas LASMA-LR medirá la composición de muestras de regolito del LRA mediante ablación láser, mientras que el detector PML estudiará el polvo en la exosfera polar.
El STS-L es un sistema de imágenes panorámicas y locales, mientras que el THERMO-L estudiará las propiedades térmicas del regolito. El módulo de aterrizaje también llevará un panel retrorreflector láser. Se prevé que las velocidades de transmisión de datos a la Tierra sean de 4 megabits por segundo.
¿Dónde y cómo será lanzada Luna-25?
En un inicio se planeó que el lanzamiento de la sonda se llevaría a cabo desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, ya que en el pasado se realizaron desde ahí los despegues de los dispositivos interplanetarios soviéticos y rusos, incluidos los lunares. No obstante, Roscosmos decidió cambiar el sitio del lanzamiento, así como todo el programa lunar ruso, al nuevo cosmódromo Vostochny, ubicado en Lejano Oriente de Rusia.
Esta decisión se basó en el tamaño de Luna-25, debido a que es una sonda relativamente pequeña, por lo que un cohete mediano es suficiente para colocarla en la órbita terrestre baja prevista. Para esta ocasión, Luna-25 será lanzada a bordo de la etapa superior Fregat, que está instalada en el cohete Soyuz 2.1b. El Fregat es un derivado del cohete Molniya-M, que envió muchas estaciones interplanetarias al espacio.
¿Cuál será la trayectoria de Luna-25?
Para llegar a su destino y llevar a cabo sus tareas científicas, Luna-25 deberá completar varias etapas de vuelo. En primer lugar, el cohete Soyuz 2.1b colocará al Fregat en la órbita terrestre. Posteriormente, esta etapa superior entrará en una órbita de transferencia lunar. A una distancia de 3.000 kilómetros de la Tierra, el Fregat se separará de Luna-25 para que esta continúe con su trayectoria.
Tras una serie de maniobras con los motores de la sonda espacial, Luna-25 descenderá lentamente para lograr alunizar cerca del polo sur.
Conociendo el lugar de alunizaje de la misión y su duración
Los científicos eligieron tres áreas de alunizaje, siendo la principal la que se encuentra al norte del cráter Boguslavsky, mientras que las de reserva están al suroeste del cráter Manzini y al suroeste del cráter Pentland.
Estas zonas de aterrizaje tienen forma elíptica, con ejes de 15 por 30 kilómetros, con el fin de que Luna-25 no vaya a volcarse al momento de descender.
En caso de que la misión tenga éxito, Rusia se convertirá en el primer país en aterrizar una sonda robótica en el Ártico lunar. Se espera que el módulo de aterrizaje opere en la superficie lunar, estudiando el regolito de la superficie y el polvo y las partículas exosféricas durante un año.
Próximas misiones lunares rusas
El módulo de aterrizaje automático Luna-25 allanará el camino para las futuras misiones lunares rusas. Se tiene previsto lanzar la estación Luna-26, que tendrá el objetivo de tomar fotografías desde la órbita lunar para la elaboración de mapas detallados de nuestro satélite.
Posteriormente, le seguirá Luna-27, que tendrá una plataforma de perforación que podrá tomar muestras del suelo lunar a una profundidad de alrededor de un metro, para inmediatamente transferirlo a instrumentos para su análisis. Por último, Luna-28 deberá entregar a la Tierra muestras del suelo polar, preservando todas las sustancias volátiles presentes en esta.
El director científico del Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia, Lev Zeleni, aseguró en una entrevista que la Luna es "el séptimo continente de la Tierra" y que la humanidad está "condenada a explorarla".
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