Un grupo de científicos advirtió que el impacto deliberado de la nave espacial DART de la NASA contra el asteroide Dimorphos ha desatado un enjambre de rocas cuyo impacto sería tan fuerte como el de la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima por EE.UU.
Las imágenes capturadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA revelaron que la colisión, ocurrida el 26 de septiembre del año pasado con el fin de alterar la trayectoria del asteroide y probar el primer sistema de protección planetaria, produjo 37 rocas de gran tamaño. Las más grandes tienen un diámetro efectivo de poco más de 7 metros, mientras que el ancho de unas quince es superior a los 4 metros, detallan los investigadores en un estudio publicado en Astrophysical Journal Letters.
Según el autor principal y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), David Jewitt, un escombro de 4,5 metros tendría un impacto sobre la Tierra equivalente a la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima.
"Debido a que esas grandes rocas básicamente comparten la velocidad del asteroide objetivo, son capaces de causar su propio daño", explicó Jewitt, que compara el enjambre detectado con "una nube de metralla que se expande desde una granada de mano".
El experto aclaró que ninguna de las rocas se dirige hacia la Tierra, pero advirtió que si los escombros de una futura desviación de un asteroide llegaran a nuestro planeta, lo golpearían a una velocidad capaz de causar un "daño terrible".
Los expertos señalron que la Agencia Espacial Europea planea enviar a fines de 2026 la nave espacial Hera al sistema binario de asteroides Dydimos –en el que Dimorphos es un satélite que gira en torno a Didymos–, con el objetivo de realizar un análisis profundo del impacto de DART y desarrollar futuras estrategias y tecnologías de defensa planetaria.