China se adelanta en la carrera por modernizar los flujos monetarios mundiales gracias a una nueva plataforma para ampliar el alcance del yuan digital y otras divisas, lo que está haciendo dudar a los defensores de un duradero sistema dominado por el dólar.
El proyecto mBridge, basado en la cadena de bloques ('blockchain'), es un prototipo digital respaldado por Pekín que permite enviar dinero por todo el mundo evitando los canales tradicionales dependientes del dólar.
El mBridge es una creación conjunta entre el Banco Popular de China, la Autoridad Monetaria de Hong Kong, el Banco de Tailandia, el Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos y el Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales.
El objetivo de este proyecto experimental consiste, para Pekín, en crear una posible vía para impulsar la internacionalización del yuan y, a la vez, mantener un estricto control sobre su moneda nacional. De hecho, se trata de desarrollar el uso a gran escala de la tecnología 'blockchain' para solventar pagos internacionales.
Las naciones asiáticas no están solas en esta aventura: el Banco de Pagos Internacionales de Basilea (Suiza), centro de cooperación mundial entre bancos centrales, también está a bordo. Se espera que el proyecto esté listo a finales de año, según fuentes familiarizadas citadas por Bloomberg.
De igual forma, el Banco Central de Tailandia ha afirmado que mBridge podría reducir el tiempo de las transferencias transfronterizas de 5 días a "unos pocos segundos".
Sin embargo, algunos funcionarios de Estados Unidos y Europa han expresado su preocupación por las implicaciones de mBridge. Les preocupa que el proyecto pueda proporcionar a China una ventaja en el uso de monedas digitales para remodelar los pagos transfronterizos, permitiendo potencialmente la evasión de sanciones, impuestos y normativas contra el blanqueo de capitales, según recoge el medio citado.
Con el tiempo, mBridge podría facilitar el uso del yuan chino como alternativa al dólar, al permitir que su forma digital gestione las transacciones de las grandes empresas. Se trata de un enorme desafío, teniendo en cuenta que el dólar se utiliza cada día en transacciones por valor de 6,6 billones, según datos del Banco de Pagos Internacionales.