Los drones estadounidenses no aguantan las "duras condiciones" del conflicto ucraniano, afirma un exoficial de inteligencia de EE.UU. en un artículo publicado por The Wall Street Journal (WSJ).
Las empresas de tecnologías de defensa del país norteamericano han pasado meses probando sus drones en Ucrania, pero algunas actualmente los están dejando almacenados, dado que "no pudieron funcionar perfectamente en las fuertes condiciones del campo de batalla", escribe Austin Gray, exoficial de inteligencia de la Armada de EE.UU., quien trabaja desarrollando productos en una fábrica de vehículos aéreos no tripulados.
Asimismo, el experto apunta a otro gran problema relacionado con estas tecnologías. Las compañías estadounidenses no cuentan con un dron de consumo masivo, cuyo valor sea de unos pocos miles de dólares, como requeriría el Gobierno ucraniano presidido por Vladímir Zelenski para reemplazar al cuadricóptero de fabricación china DJI Mavic 3.
Estas empresas, explica Gray, no producen en masa los "drones baratos y superfluos que necesitan las tropas ucranianas", ya que venden drones avanzados con precios que comienzan en alrededor de los 16.000 dólares.
"La primera guerra de drones"
Cada mes Ucrania utiliza unos 10.000 drones de diferentes tipos, pero la reciente decisión de China de restringir a partir del 1 de septiembre las exportaciones de estos aparatos, alegando razones de "seguridad global y estabilidad regional", podría obstruir los planes de Kiev y propiciar que Rusia tome la delantera, apunta otro artículo de WSJ.
De acuerdo con el medio neoyorquino, el conflicto ucraniano se erige como "la primera guerra de drones", ya que estos sistemas se han revelado como cruciales para la estrategia de Kiev, que los ha usado en numerosas ocasiones para atacar infraestructuras rusas, dejando muertos, heridos y significantes daños materiales.