Carlsberg se declara "conmocionada" por la nacionalización de su filial rusa

El director ejecutivo del Grupo Carlsberg, Cees 't Hart, asegura que su empresa está "conmocionada" por la decisión tomada por Rusia el mes pasado de nacionalizar de forma temporal su filial rusa Baltika, si bien dijo que la compañía sigue albergando esperanzas de vender este negocio, informa Financial Times.

Baltika, que se compone de ocho plantas y cuenta con un plantilla de 8.000 empleados, se encuentra actualmente bajo control gubernamental, si bien el grupo cervecero danés sigue buscando el modo de discutir el futuro de su filial con las autoridades rusas, señala el directivo.

Putin firma un decreto de medidas de respuesta en caso de incautación de activos rusos en el extranjero

Hart dice no tener conocimiento sobre personas o empresas que estén  actualmente interesadas en la compra de Baltika, aunque la empresa generó gran interés cuando se puso a la venta por primera vez. Carlsberg sigue siendo el poseedor de las acciones de su división rusa, pero sin autorización para gestionar o controlar su actividad.

En este contexto, la compañía anunció despidos masivos de los trabajadores de Baltika. Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, explicó a finales de julio que los activos de la empresa de Dinamarca fueron controlados debido a "la presión sobre los empleados rusos", que —dijo— se ven amenazados "con posibles despidos en caso de que expresen una determinada postura civil".

"Rechazamos firmemente la acusación de que presionamos a los trabajadores de Baltika para que expresaran determinadas opiniones políticas", declaró, por su parte, Hart, que dijo que la filial rusa era "conocida como una empresa de éxito", por lo que sabían que estaban "a la vista".

Anteriormente, el mandatario ruso suscribió un decreto que nacionaliza de forma temporal las acciones de las empresas subsidiarias en Rusia de las compañías Produits Laitiers Frais Est Europe (Francia) y Сarlsberg Sverige Akiebolag (Suecia) como respuesta a las sanciones y la incautación de activos rusos en el extranjero.