El exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, conocido bajo el alias de 'Macaco', confesó este jueves que las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) designaron como "objetivo militar" al presidente colombiano Gustavo Petro, así como al actual canciller Álvaro Leyva, a inicios de la década del 2000.
"Tomamos la equívoca decisión de declarar como objetivos militares de la organización a los doctores Álvaro Leyva Durán, Iván Cepeda Castro y al hoy presidente de la República, Gustavo Petro Urrego", relató Jiménez en el contexto de su participación en el 'Encuentro por la Verdad y No Repetición', una iniciativa promovida por la Cancillería y el Centro Nacional de Memoria Histórica del país suramericano.
Apuntó asimismo que "dichas acciones militares fueron fallidas" y prometió detallarlas en su "versión única de verdad" que ofrecerá "en su debido momento", cuando comparezca formalmente ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para rendir testimonio de los crímenes cometidos por su organización paramilitar, en el marco de la política de 'paz total' adelantada por el Ejecutivo colombiano para poner fin al conflicto armado que azota al país desde hace décadas.
Conspiración desde la Justicia
Además de admitir que se equivocó al tomar las armas, 'Macaco' relató la aparente implicación del expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Leónidas Bustos, y el exfiscal general, Néstor Humberto Martínez, en un plan para obstruir la carrera política de Petro —quien ya despuntaba entonces en el Congreso— a través del aparato judicial.
"El otro componente de verdad que aportaré con detalles es tendiente al apoyo incondicional que de múltiples formas efectuó el exmagistrado José Leónidas Bustos en favor del exmagistrado Humberto Martínez, con la firme intención de judicializar y destruir sistemáticamente, a través de la Fiscalía, la imagen del hoy presidente, Gustavo Petro, en su camino a la aspiración política futura", refirió.
También se comprometió a cooperar con Salvatore Mancuso —otro cabecilla de las AUC recientemente designado como gestor de paz por la Casa de Nariño— en la localización de fosas comunes en la frontera con Venezuela.
Jiménez fue extraditado a Colombia desde EE.UU. en 2019. Dos años más tarde, aceptó su responsabilidad por 162 crímenes perpetrados entre 2000 y 2004. Estos incluyen torturas, desapariciones forzadas, desplazamientos forzados y narcotráfico, y que habrían dejado más de 250 víctimas fatales.
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