La cantidad de quiebras de negocios en la Unión Europea creció un 8,4 % entre abril y junio de este año en relación al trimestre anterior, lo que representa un máximo desde 2015, según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
En esta tendencia, que continúa por sexto trimestre consecutivo, los más afectados son el sector hotelero y los servicios de alimentación, donde las peticiones de bancarrota subieron un 23,9 %; el transporte y almacenamiento, con un aumento del 15,2 %; y la educación, la sanidad y las actividades sociales, con un alza del 10,1 %.
El crecimiento de tales estadísticas abarca todos los sectores de la economía europea, precisó el organismo.
Asimismo, se ha registrado un descenso del 0,6 % en la apertura de nuevos negocios, en comparación con el periodo de enero a marzo de 2023.
Expertos consideran que el decrecimiento económico, la subida de las tasas de interés —lo que aumenta los costes de préstamos— y la expiración de las medidas de apoyo gubernamental de la era pandémica son los factores que se hallan detrás del incremento de la cantidad de negocios que se declaran en bancarrota.
Los países que lideran los incrementos de insolvencia son Hungría (40,8 %), Letonia (24,8 %) y Estonia (24,6 %).
Aunque en el informe no figuran las últimas cifras sobre Alemania, los datos de la Oficina Federal de Estadísticas de ese país para julio revelan que la cantidad de compañías que entraron en concurso de acreedores creció un 23,8 % en términos interanuales.
"Ahora estamos viendo una sacudida al mercado", comentó Christoph Niering, jefe de la Asociación Profesional de Administradores Concursales de Alemania, reporta The Wall Street Journal.
Por su parte, el Instituto Ifo, con sede en Múnich, informó en julio que su índice de confianza empresarial había caído por tercer mes consecutivo y que los empresarios estaban desengañados con la situación actual de sus negocios, por lo que rebajaron sus expectativas para el futuro.
"La situación de la economía alemana es cada vez más sombría", declaró el presidente del Ifo, Clemens Fuest.
Muchas de las compañías en estado crítico ya tenían problemas antes de la pandemia de covid-19, pero se mantenían a flote gracias al apoyo que el Gobierno proporcionó durante la crisis sanitaria internacional y en medio de la crisis energética por la caída de los suministros de gas ruso. Ahora, su desplome se está desarrollando "a cámara lenta", explicó Niering.
- Una de las más antiguas metalúrgicas del país, Eisenwerk Erla, declaró su insolvencia en marzo. La gerencia del negocio, con más de 600 años de historia, acusó de la situación a los problemas con las cadenas de suministros y a la subida de las tarifas de energía.
- La gran cadena de almacenes Galeria Karstadt Kaufhof entró en insolvencia a finales del año pasado y se dispone a clausurar un tercio de las más de 100 tiendas que operan en el país. Los directores sitúan las causas de la crisis en los altos costes de energía y en el débil gasto del consumidor.
- El minorista de moda Gerry Weber Retail también anunció un procedimiento de insolvencia este año y va a cerrar 122 de sus 171 tiendas en Alemania.
"Se trata de una crisis que ha afectado sobre todo a las medianas empresas, que dependían, en gran medida, de las subvenciones públicas, y han perdido mucho", comentó a BFM Natalia Schaubert, directora de la organización social alemana Kolorit.
James Watson, economista principal de la federación patronal comunitaria BusinessEurope confirmó en febrero a The Financial Times que la retirada de apoyo gubernamental "está teniendo un impacto". Al mismo tiempo señaló que "también está pasando algo más, ya que se está volviendo cada vez más difícil el entorno comercial para muchas empresas debido a la elevada inflación, el débil crecimiento y la subida de los tipos de interés".