Francia gastará más de 200 millones de dólares para destruir excedentes de vino

La caída de los precios del vino, el panorama internacional, el envejecimiento de la fuerza laboral y los cambios en los patrones de consumo están afectando a este producto fuertemente asociado a la identidad francesa.

El ministro de Agricultura de Francia, Marc Fesneau, anunció que el Gobierno del país y la Unión Europea destinarán 200 millones de euros adicionales (unos 216 millones de dólares) para financiar la destrucción de excedentes de producción de vino, con el objetivo de respaldar a los productores locales.

Esta medida se debe a la creciente dificultad económica de producir vino y a la acumulación de existencias que no pueden ser vendidas.

Estos fondos se utilizarán en actividades de destilería diferentes a la producción de vino, como la obtención de aceite de pepitas de uva, piensos para animales y biocombustibles. Mientras, con el vino desechado se pueden elaborar otros productos como geles sanitarios, productos de limpieza o perfumería. Se espera que con estas acciones se contenga el colapso de los precios de esta bebida y por consiguiente un mayor daño económico a los productores.

Las consecuencias de la pandemia de covid-19, las tensiones en el mercado mundial de fertilizantes y los cambios en los hábitos de consumo están golpeando fuertemente a la comercialización de vino en Francia. La situación afecta a regiones históricamente productoras como Burdeos y Languedoc, donde los aumentos de los costes de producción y la caída de la demanda no dejan márgenes de ganancias. 

El consumo de vino en Francia no ha parado de disminuir desde que en 1926 experimentara su pico histórico con 136 litros per cápita, señala The Washington Post. Actualmente es de solo 40 litros per cápita.