Vivek Ramaswamy, precandidato republicano para la Presidencia de EE.UU., afirma este lunes en una columna publicada en la revista The American Conservative que, en caso de ganar los comicios de 2024, pondrá fin al conflicto en Ucrania y aceptará el control territorial por parte de Rusia de las nuevas regiones.
"Lograré la paz en Ucrania en las únicas condiciones que deberían importarnos: unas condiciones que antepongan los intereses estadounidenses. […] Aceptaré el control ruso de los territorios ocupados y me comprometo a bloquear la candidatura de Ucrania a la OTAN a cambio de que Rusia abandone su alianza militar con China", señala el empresario en su artículo
"Pondré fin a las sanciones y reincorporaré a Rusia al mercado mundial", escribe el precandidato republicano.
En este contexto, Ramaswamy argumenta que su promesa para poner fin a las hostilidades entre Kiev y Moscú parte del convencimiento de que "cuanto más se prolongue la guerra en Ucrania, más claro queda que solo hay un ganador: China".
Asimismo, asegura que la Administración de Joe Biden, ha intentado "absurdamente" que el presidente chino, Xi Jinping, deje de apoyar al mandatario ruso, Vladímir Putin. Según el republicano, lo que tendría que conseguir Washington es, precisamente, lo contrario: que Putin "abandone a Xi".
La semana pasada, Ramaswamy criticó duramente la ayuda militar multimillonaria prestada por la Casa Blanca a Kiev, porque —subrayó— Ucrania "no es una prioridad para EE.UU.". El republicano también dijo que el conflicto ucraniano terminará tan pronto como Washington deje de financiar a Kiev y resaltó que, "en realidad", esto "sería probablemente mejor para Ucrania", ya que, "al menos saldrá del conflicto con su soberanía intacta", un horizonte que ahora no está claro.
- El plan de paz del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, busca restaurar las fronteras de Ucrania, tal y como quedaron tras la disolución de la URSS en 1991. Esto incluye los territorios del Donbass, las provincias de Jersón y Zaporozhie, así como la república de Crimea, consideradas por Moscú como parte de su territorio.