El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y algunos ministros del país han comido pescado y mariscos de la prefectura de Fukushima, donde recientemente comenzó el vertido de agua radiactiva al océano.
El primer ministro instó a comer esos productos asegurando que los mariscos son deliciosos. El menú que se les ofreció a los altos funcionarios incluyó platija, lubina y pulpo.
El pasado jueves, las autoridades japonesas comenzaron a verter al océano Pacífico alrededor de un millón de toneladas de aguas residuales contaminadas, que fueron almacenadas en 1.000 tanques de acero en las instalaciones de la central nuclear de Fukushima.
Aunque el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) reduce la contaminación radiactiva del agua, el tratamiento actualmente no puede eliminar la presencia de tritio. Esto ha provocado una fuerte oposición tanto por parte de los sindicatos de pescadores de la región como por parte de varios países vecinos.