Kishida come pulpo en un mercado y promete medidas de apoyo a vendedores de mariscos

"Quiero que la gente en el país y en el extranjero sepa que el pescado es seguro", declaró el embajador de EE.UU. en Japón, Rahm Emanuel, tras el vertido de agua contaminada de Fukushima al océano.

El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, comió pulpo y habló con los trabajadores del mercado de pescado Toyosu de Tokio el jueves, en medio de las preocupaciones por la seguridad después de que Japón comenzara a verter agua contaminada de la planta de energía nuclear de Fukushima, informan medios locales.

También se comprometió a elaborar medidas de apoyo para los afectados por la suspensión china de las importaciones de mariscos japoneses. Según AP, uno de los marisqueros incluso dijo a Kishida que las ventas de sus vieiras, que se exportan principalmente a China, han caído un 90 %.

Durante la visita del primer ministro, los comerciantes también le pidieron que tomara medidas para ampliar las ventas tanto a Europa como a EE.UU. y fomentar el consumo interno. "Elaboraremos medidas para apoyar [a la industria pesquera] y responder [al impacto del vertido de agua], basándonos en las diversas voces y opiniones que he escuchado", declaró Kishida a los periodistas.

Mientras tanto, el embajador de EE.UU. en Japón, Rahm Emanuel, el jueves visitó la ciudad de Soma, prefectura de Fukushima, para promover la seguridad de los productos del mar, recoge FNN. Después de comer platija y otros peces capturados, el diplomático expresó: "Quiero que la gente en el país y en el extranjero sepa que el pescado es seguro". "Como país aliado y amigo, seguiremos apoyando a Japón como socio económico", agregó.

El pasado jueves, las autoridades japonesas comenzaron a verter al océano Pacífico alrededor de un millón de toneladas de aguas residuales contaminadas, que fueron almacenadas en 1.000 tanques de acero en las instalaciones de la central nuclear de Fukushima.

Aunque el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) reduce la contaminación radiactiva del agua, el tratamiento actualmente no puede eliminar la presencia de tritio. Esto ha provocado una fuerte oposición tanto por parte de los sindicatos de pescadores de la región como de varios países vecinos.